Miguel Ángel Jiménez

Comentario Dominical

Miguel Ángel Jiménez


Cuando empieza a dar todo un poco igual

07/02/2025

Este viernes nos propone Manos Unidas un gesto sencillo y profundo con el Día del ayuno voluntario. Es un día solidario en el que nos unimos con todos aquellos que mueren de hambre. Privarnos de comer, hacer un día de ayuno, -además, hasta nos beneficia a la salud- pensando en otros es un gesto profético que habla de lo mejor de lo que podemos presumir: la solidaridad, estar todos unidos por lazos invisibles. Antes, cuando no podíamos conocer los datos, podíamos vivir un poco ajenos a la realidad. Ahora, que conocemos los datos lanzados por Oxfam en el Día Mundial de la alimentación, tendríamos que tener en los países que nos autodenominamos civilizados un dolor de corazón y una intranquilidad que debería ir más allá de si tenemos acceso a la posibilidad de una dieta saludable o si cumplimos los estándares físicos que nos está marcando la sociedad: «entre 7000 y 21.00 personas mueren cada día de hambre». Está este dato en íntima relación con los países que viven en conflicto que siempre está en correspondencia con la justicia. 
Papel mojado son las leyes internacionales o los grandilocuentes discursos a los que estamos acostumbrados. Costra hay ya en nuestro corazón. 
¿Hay recursos suficientes para alimentar a la población mundial? Sí. Definitivamente sí. ¿Y por qué sigue existiendo hambre en el mundo cuando los países afectados son los que más recursos tienen para producir alimentos? La voluntad política, las medidas concretas y decididas para acabar con el hambre en el mundo, el egoísmo e insensibilidad primer mundista y las miradas hipócritas son las que deben cambiar.