Antonio García-Cervigón

Buenos Días

Antonio García-Cervigón


Con apariencia dulce, siempre afanada (y2)

08/04/2025

Así es, un estudio realizado por forenses australianos permite recomponer la imagen de la mística Santa Teresa a sus 50 años. Se ha conseguido a partir de los restos de su sepulcro, con descripciones de la época y medidas antropométricas. La reconstrucción muestra «un rostro de ojos grandes y redondos, cejas anchas y arqueadas y constitución regordeta. Y con apariencia dulce, emite paz». Una de las carmelitas que presenció emocionada la revelación dijo:«Es un acontecimiento, una oportunidad única». Además, el estudio se extiende con otras características morfológicas:«Dispone de una estructura ósea sólida, una nariz recta y bien definida, labios firmes y una barbilla redondeada que aporta dulzura y determinación», según la explicación añadida por el prior para quién la talla plasma con fidelidad la complexión mencionada por sus coetáneos reforzando el vínculo entre datos forenses y los testimonios históricos. Con esta imagen tenemos no solo un testimonio físico, sino también un reflejo del alma de Santa Teresa de Jesús que une ciencia y mística.
 Según la periodista Henar Díaz, la apertura del sepulcro de la Santa andarina en la recta final del verano de 2024 permitió comprobar que estaba en las mismas condiciones que cuando se hizo la última vez en 1914 Esta ha posibilitado, además, que en los últimos meses se haya desarrollado un estudio dirigido por el antropólogo italiano Luigi Caspasso a partir del cual se ha llegado a varias conclusiones tanto de la fisiología de la mística abulense como de su estado de salud, principalmente en la recta final de su vida. Respecto a lo primero, recientemente se pudo conocer que la fundadora de la orden de los carmelitas descalzos tenía una estatura de 1,56 metros. Respecto a lo segundo, se ha concluido que al menos, durante los últimos años de su vida tuvo una complexión física muy frágil, padeciendo varias enfermedades crónicas, entre ellas, reuma y artrosis. Estas deducciones quedaron plasmadas en un documento de 53 páginas que hace unos días fue entregado a la Orden y cuyo original en italiano se encuentra depositado en la en los archivos de la Casa General en Roma y también en el citado monasterio de la Anunciación.
En una de sus muchas reflexiones sobre la Santa, Antonio Garrigues Díaz Cañabate dijo: «La Santa hizo muchos milagros en vida y tras su muerte. En virtud de ellos, aunque los milagros no sean el solo signo de la santidad fue proclamada santa. Pero, aunque las comparaciones son odiosas y más en esta materia que es espíritu, se puede decir que hay santos y santos. El paso del tiempo que es implacable, también borra poco a poco la proyección temporal de la santidad. Pues bien, éste no es el caso de Santa Teresa. Ella sigue haciendo milagros, hoy como ayer y, entre ellos, el más portentoso: el tránsito de la incredulidad a la plenitud de la fe. Teresa de Jesús vivió intensamente la religiosidad de su tiempo». En el año 1567 conoció a San Juan de la Cruz y juntos decidieron emprender las reformas de sus respectivas órdenes religiosas. La consagración de su Doctorado por la Iglesia ha sido el reconocimiento a su sabiduría. Y en esas estamos.