La noticia esperada que nos llega a través de la Rosa de los vientos, en todas direcciones, latitudes y longitudes geográficas, saltó el pasado jueves y decía lo siguiente: «Puigdemont amenaza con dejar la política activa si no es presidente». Y a una columna de la misma página aparecían las apreciaciones de Patxi López, portavoz socialista en el Congreso de los Diputados: «Abandonará la política porque Salvador Illa va a ser presidente»; mientras que López-Miras, presidente de Murcia, se inclinaba así: «Bendita amenaza, porque nunca antes un separatista había generado una situación de tanta inestabilidad en España». Mientras, Pepa Millán, portavoz de Vox también en el Congreso, declaraba: «Es maravilloso que deje la política porque lo que tiene que hacer es jugar al dominó en el patio de la cárcel». 
Variedad de juicios a la hora de interpretar la salida de Puigdemont del panorama político nacional. Pero como hay un refrán que dice «que los locos y los niños dicen las verdades», para no caer en esas aparentes contradicciones a que dan lugar las interpretaciones superficiales de nuestro refranero, hagámonos, no locos sino niños que, de tal modo, según la máxima evangélica, diremos las verdades, y, además, entraremos en el Reino de los Cielos, que a ese fin y no a ninguno otro tiende, nuestro refranero popular y todos los refraneros. Este, por ejemplo: «Zorros en zorrera, el humo los echa fuera», indicativo que, a veces, para librarnos de las personas malvadas o simplemente inoportunas, tenemos que recurrir a medios inadecuados para lograr nuestro intento. Acabo con un dicho de Don Quijote a Sancho: «Dime dónde los hallas ¡ignorante!, o cómo los aplicas mentecato, que para decir yo uno y aplicarle bien, sudo y trabajo como si cavase». 
Y saltamos de linde en linde y nos vemos frente a la luz, con la inteligencia que atesora Carmen Iglesia, que nada tiene que ver con la de Puigdemont. Ella, directora de la Real Academia de la Historia y de la RAE, acaba de publicar El carácter es el destino. Dice que recopila escritos breves, muy diferentes para que muchos de ellos no se pierdan. Lo publica en el semanal de ABC, y sobre el mantra que tenemos de los jóvenes mejores preparados, opina:«No es verdad, han quitado todo estímulo y han tendido al igualitarismo, que no es lo mismo que la igualdad de derechos que tenemos todos: la excelencia se ha perdido». Y en defensa de la Constitución, dice que «cualquier referéndum sobre un texto inconstitucional está fuera de la legitimidad» y esto le parece «de cajón». Y añade: «Ahora se están saltando todas las reglas, se están utilizando las reglas de la Constitución para destruir la Constitución. Es el cinismo de decir lo contrario de lo que se está haciendo». Y se plantea aplicar la amnistía a quienes volverán a intentar el referéndum. «Esto es lo incomprensible. Es un golpe que nos dan a todos, es transformar el delito en un premio, es increíble». Y en esas estamos.