Aurora Gómez Campos

Aurora Gómez Campos


El Colectivo

16/05/2024

«Una mujer libre es justo lo contrario a una mujer fácil, dijo la filósofa francesa Simone de Beauvoir. La Real Academia de la Lengua Española define a la 'mujer' como persona del sexo femenino o como «mujer que ha llegado a la edad adulta». La RAE define al 'hombre' como «ser animado racional, varón o mujer». Resulta así que esta Academia solo atribuye la cualidad de la racionalidad al término 'hombre', eso sí, precisando que el hombre puede ser 'hombre' o 'mujer'. Después afirman que el lenguaje inclusivo es retorcido. 
Según la misma Real Academia un 'hombre público' es «un hombre que tiene presencia e influjo en la vida social». Sin embargo, define a una 'mujer pública' como «prostituta», así, directamente, sin prevenciones ni paños calientes. ¿Qué puede esperarse de una Institución que no quiso nombrar académica y vetó a María Moliner? 
Ante semejante panorama de lingüistas en España, ¿cómo quiere el colectivo LGTBI que se admita un lenguaje inclusivo si aún no se ha admitido un lenguaje que no sea solo masculino? 
En Valdepeñas (Ciudad Real) se ha fundado la asociación El Colectivo con la finalidad de luchar por los derechos LGTBIQ+. De hecho, la provincia de Ciudad Real es la provincia que cuenta con más asociaciones en defensa de los derechos LGTBIQ+. Desde ahora les avisamos de que acaban de comenzar una carrera de fondo cuya meta no se suele alcanzar.  Tienen tantos derechos que conquistar y ejercer que produce entusiasmo y vértigo al mismo tiempo. 
Como decía al principio, aún se concibe la vida misma en términos duales: aquello que es masculino y aquello que es femenino y resulta inconcebible entender que el género es una creación cultural. El filósofo francés Wittgenstein decía que «los límites de mi lenguaje son los límites de mi mente» Por eso, precisamente, la lucha del colectivo LGTBIQ+ se desarrolla en el terreno del lenguaje, de la expresión viva, palabra a palabra, idea a idea. Si no se admite la evolución de un lenguaje que no sea exclusivamente masculino, ¿cómo se va a concebir un lenguaje que abarque a toda la sociedad? 
El reconocimiento de derechos comienza por su ejercicio, aunque dicho ejercicio pueda resultar irregular, incómodo o sorpresivo. El colectivo LGTBIQ+ ha apostado por el ejercicio del derecho a su propia imagen y visibilidad. Pretenden un cambio social y cultural que empieza por el lenguaje y termina por el pensamiento. En el camino, pasarán dificultades, hambre y sed. Pero, como dijo el gran José Luis Sampedro, «en tu hambre mandas tú»