Ya hay un español que quiere/vivir y a vivir empieza,/entre una España que muere/y otra España que bosteza./Españolito que vienes/al mundo te guarde Dios./Una de las dos Españas/ha de helarte el corazón.
Parece que fuera ayer cuando Antonio Machado escribiera estos versos, pero no, fue hace muchas décadas, cuando, como ahora, esta España también estaba dividida en dos partes, en dos pensamientos y sentimientos cada vez más enfrentados y alejados entre sí. Aunque esperemos que lo que pasó en aquella España del siglo pasado, que tanto dolor y rencor trajo, no se repita. Apelemos al trabajo que tantos, de una y otra parte, hicieron para conseguir un país en libertad, a ese esfuerzo y a la sensatez para que las aguas vuelvan a su cauce antes de que sea demasiado tarde.
Los ánimos están exaltados, las tristezas y las decepciones entremezcladas, la rabia y la impotencia también. Ya veremos cómo cabalga este nuevo Gobierno entre los inciertos caminos que ha establecido para su legislatura y sus compañeros de viaje, amigos de conveniencia que antes de partir ya han avisado al presidente que se ande con ojo. No hace falta recordar las palabras del portavoz de Esquerra en el Congreso, porque Rufián se lo dijo muy claro a Sánchez; tampoco las de la portavoz de Junts per Catalunya, o sí: «Con nosotros no pruebe a tentar la suerte».
Pero mientras unos posan felices con sus nuevas o viejas carteras ministeriales, y otros preocupados, dejemos que sea el tiempo el que nos vaya mostrando el peaje a pagar y las consecuencias para esta España que cruza los dedos para que las historias vividas no regresen, para que ninguna de las dos España nos hiele el corazón.
Volvamos a esos versos del poeta sevillano, a sus Campos de Castilla, a sus amores y desamores, a París, a sus amigos, a sus nostalgias… a su hermano Manuel.  Antonio y Manuel, los dos poetas. El primero, en un lado ideológico; el segundo, en el otro. Y los dos en los corazones de los dos. Porque todos estos ingredientes son los que vamos a encontrar en la novela del escritor cordobés Joaquín Pérez Azaústre: El querido hermano de Galaxia Gutenberg. Una novela llena de ternura, escrita con un lenguaje poético y periodístico a la par, que nos envuelve y nos muestra otra versión de la relación que ambos hermanos tuvieron. Lejos de envidias, rencillas y distanciamiento, el autor nos defiende otra imagen, fuerte y poderosa, que tira por tierra la creída.
Leer la primera página de esta obra, que comienza con el momento en que a Manuel le dicen que su hermano Antonio ha muerto en Francia, es adentrase en la historia y vivirla como si fuera algo cercano. Pero no contaré más, porque lo hará el propio Pérez Azaústre esta tarde, en el Museo Municipal López Villaseñor. A él le escucharemos hablar de los hermanos, de los poetas, de los compañeros…de la fuerza del amor.