José Luis Loarce

Con Permiso

José Luis Loarce


Enero sin glamur

28/01/2025

Se despeña enero sin remedio y nos preguntamos qué malaje encierra este mes. Hasta le han encontrado, o le han endosado, ya puestos, el lunes más triste, el 'Blue Monday', como si no hubiera ya lunes y días: 'Buenos días, tristeza', que protagonizara en el cine la bella Jean Seberg que parecía todavía vender el Herald Tribune por los Campos Elíseos. 
Pero es que enero es irrecuperable. Frío, febril y feo. Trufado de virus a elegir, picos gripales y tópicas cuestas a remontar, no lo salvan ni las enésimas rebajas. Participa este mes de las Navidades y las efusiones lógicas de cruzar una vez más la raya de los 365, y nos felicitamos el año hasta el día 20, por qué no; pero despedidos los tres de Oriente, bajan frentes y escalofríos que se disfrazan de subidas de precios, de la tasa municipal de basuras o de vuelta al 21% de IVA en la factura de la luz y hasta los sellos, nada menos que el 8,5% de subida, pero como nadie franquea cartas a quién le molesta, mientras la voracidad fiscal del Estado siga rampante qué importa que se siga operando con los Presupuestos Generales del 2022 (!). Asuntos nada glamurosos, como verán, salvo que les entusiasme el inicio del Año Franco —el antifranquismo retrospectivo de quien no lo conocieron, ni mucho menos combatieron— conmemorando la muerte natural de la larga dictadura, en vez de las primeras elecciones generales del 15 junio 1977 o la Constitución de 1978, pero a los socios extremistas y demás dueños nacionalistas del socialsanchismo eso de la Transición no les pone nada. Y para glamur de enero el del nuevo/viejo presidente Trump y el cambio de era o de eras, que no sabe uno si la historia se está retorciendo hacia no se sabe dónde, o todo es un grandilocuente postureo rubio que nos empequeñece como europeos.
Nadie quiere estrenar películas en enero ni hablar de presentaciones de libros. Una especie de semihibernación cultural, aunque en mi ciudad la excepción fue la conferencia de mi viejo profe de Historia del Arte, en el pleistoceno más genial del Colegio Universitario, Jaime Brihuega: qué huella en aquellos alumnos y colegas de los revueltos 70. Lo programaron con acierto los Amigos del Museo Provincial este pasado jueves para hablar de Dalí, daliniano Jaime, a quien le tocó, en el ministerio de Semprún gestionar el legado del ampurdanés para el Estado.
Grisuras de un enero que los oropeles de Fitur intentaron aliviar, porque todos somos seres turistizados y queremos que hasta el último rincón del planeta se convierta a la nueva religión, y nos lleguen riadas de maletas rodantes. Y estemos en todos esos selfis que triunfan en las redes. Tan diferentes a los que va lentamente dejándonos en su libro de poemas Luis Fermín Moreno, en Selfis. Cicatrices, cuando escribe: «Hoy he decidido no hacer nada. / Pero lo hago dulcemente, / con una ternura infinita, / para acelerar la cicatrización del mundo». Cicatrices al fin de un enero tan condenado.