José Rivero

Doble Dirección

José Rivero


Más que maduros

04/12/2024

Avisa Carlos Boyero, en su página de crítica, que los 86 años del director cinematográfico Ridley Scott, no deben impedir soñar –a los incondicionales de los gladiadores, de los péplum y de los faraones– una tercera entrega de Gladiator, ahora que se estrena Gladiator II y que se abre un espacio insondable para su continuidad como director, como hiciera Francis Ford  Coppola con las tres entregas de El Padrino y, quien por cierto, con 85 primaveras, ha estrenado lo que puede ser su testamento cinematográfico –por más que con esta gente de edad nunca sepas a qué carta quedarte– Megalópolis, contando con una abierta división de opiniones: juegos de la edad tardía, para unos; homenaje a la historia del cine sin ambages, para otros. 
De la misma forma podía haberse fijado, el oblicuo Boyero –él mismo, nadando ya en los  71 tacos–, en la abundancia serena de la senectud con creadores aún activos, en una rara y sorprendente secuencia de vitalidad y longevidad, a lo Matusalén, que no deja de sorprendernos. Así podríamos proseguir con los 94 años de Clint Eastwood, quien acaba de estrenar El jurado número 2 y no dice que se vaya a retirar por ahora. En esa estela se mueven Marco Bellocchio, con 85 años, que ha dirigido Rapito en 2023; y Martin Scorsese que con 82 años prosigue dirigiendo –Los asesinos de la luna, en 2023– y produciendo como si nada. O el no menos maduro, Woody Allen, de 89 inviernos, que dirigió Golpe de suerte en 2023 y guarda la última bala en la recámara. ¿Qué podríamos decir de nuestro Gonzalo Suárez?, con 90 años y dispuesto a dar la batalla, como hiciera en 2021, con Alas de tiniebla, como pude comprobar el otro día, mientras almorzaba con Javier Cercas –casi un infante, a su lado de 62 años–. Esos 90 años de Suárez son los mismos que atesora Brigitte Bardot, aunque guarde silencio. 
Incluso, y un poco más distanciado de ellos, con los 84 años de Víctor Erice, que no han impedido –dentro de su parsimonia creativa– el estreno de Cierra los ojos. Dentro de esa parsimonia de algunos creadores, tendríamos que poner el caso de Antonio López García, que con 88 años parece resistirse al retiro y se esfuerza en trabajos entre Burgos y Sevilla. También, en esta agregación de los años y de los añosos, podríamos situar los 79 años de Wim Wenders –que tampoco han limitado la realización de su última pieza Perfect days–, o los 78 de David Lynch.