Miguel Ángel Jiménez

Comentario Dominical

Miguel Ángel Jiménez


Renuncias y entregas

11/10/2024

Muchas veces, más de las deseables, cuando se habla del matrimonio, del sacerdocio o de la vida consagrada, se hace desde la perspectiva de la renuncia. Más o menos en broma, el foco se pone en aquello que nos vamos a perder, en lo que vamos a poder dejar de hacer. Entonces, la elección no es algo positivo sino de algo que nos va a privar de vivir la vida en plenitud. Es justo al contario. La elección, radicalmente, nos habla de libertad y cuando nos dejamos llevar solo por los sentimientos, de los placeres, en sentido general o particular, nos convertimos en esclavos de nosotros mismos. 
Con ello. ¿Qué estás dispuesto a dejar para ser feliz? ¿Qué te ata? ¿Qué te esclaviza? ¿Qué tiene atrapada tu voluntad? En realidad, curioso, cuando eliges y optas, mantienes tu libertad intacta. Al contario, cuando hay algo que no estás dispuesto a dejar, ni siquiera una supuesta libertad que va y viene, entonces eres esclavo. Más o menos, pero lo eres. 
La auténtica libertad es aquella que nos conduce a dejar todo. También a renunciar a nosotros mismos: a nuestros gustos, a nuestras inquietudes, a nuestras ataduras. 
Elegir nos conduce por caminos de felicidad y, al contrario, las ataduras ponen un poso de tristeza en nuestro corazón. También puede ser que de huida, de sordera vital. Hay ataduras materiales: riquezas, el dinero o las posesiones, pero hay también cadenas más sutiles que hacen que pensando y sintiendo que estamos sirviendo a otros atan nuestro propio ego. 
Señor, que sea desprendido en todo; que nada me ate. Tampoco yo, solo tú eres mi dueño y señor.  

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