Es cierta la afirmación de la Concejal de Urbanismo de que la revisión del Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad (PGOU) y su elaboración puede llevar un tiempo de entre 5 y 6 años y que supere a la actual y a la siguiente legislatura, cuyas elecciones se celebrarán en mayo de 2027. No pasa nada, el rigor y la planificación la sabrán valorar los ciudadanos. Lo contrario, la política cortoplacista para recoger resultados inmediatos nos ha dejado una ciudad incoherente, desaliñada y desprovista de las herramientas necesarias para su ordenación. Una ciudad construida a golpe de proyectos con remanentes de presupuestos y planes de modernización que solo han pretendido mejorar los edificios de la administración regional o provincial y el voto inmediato, olvidando aspectos vitales para el futuro de la capital.
La decisión de la anterior Corporación de cancelar en 2018 la revisión encargada y donde ya se habían iniciados trabajos, he invertido presupuesto, fue un acto de irresponsabilidad, quizás sabiendo que la revisión no la podían culminar y preferían abandonarla a que la terminaran otros. Un tiempo perdido que ha impedido actuaciones y decisiones importantes entorno a proyectos como el aeropuerto o el Reino de Don Quijote, que nacieron después de su aprobación. Recientemente hemos vivido un episodio donde se pretendía convertir la infraestructura aérea en un centro de inmigrantes y se hacía referencia a una herramienta urbanística (PSI) desfasada y que no estaba en vigor para oponerse a ello.
En condiciones normales, y si no hay ningún hecho imprevisto, Paco Cañizares o, en su defecto, el Partido Popular no tendrá problemas en llegar gobernando el Ayuntamiento de la capital a las elecciones municipales de 2035. Luego, hay tiempo suficiente para poder realizar la revisión del Plan General de Ordenación Urbana, aprobarlo, y comenzar con las primeras medidas. Solo es deseable, además de la revisión, que la misma se haga con la mayor participación posible de quienes han elegido esta ciudad para residir, invertir, estudiar y trabajar en ella, recogiendo la opinión de todos los segmentos de la población.
No es previsible que en Ciudad Real capital Paco Cañizares y el PP encuentre dificultades para seguir gobernando durante las próximas legislaturas más allá de algunas escaramuzas por parte de los partidos que conforman el Ayuntamiento actualmente. El partido mayoritario de gobierno, el PP, intentará crecer en votos para no depender de Vox en las siguientes elecciones, algo fácil si mantiene su actual perfil. Vox necesitará mantenerse en el número de concejales para no perder relevancia e intentar igualar su resultado y que el PP no le coma ningún concejal, tarea difícil, lo que creará algunas tensiones, aunque a Vox le interesan más los municipios de la provincia para ir creando estructura territorial en el propio Ayuntamiento de la capital. Para Chamorro, el Ayuntamiento y la primera tenencia de Alcaldía son un altavoz ideológico y la herramienta de comunicación.
Ciudadanos, con Eva María Masías, es pura supervivencia y sus votos acabarán en manos del PP en 2027, salvo un giro de la marca en Ciudad Real convirtiéndose en una candidatura independiente para ganar votos al PSOE, con lo que el PP rozará la mayoría absoluta. Los actuales concejales del PSOE tienen que ganarse la continuidad, incluida la de su portavoz, para ser cabeza de lista en 2027 y superar unas primarias, algo esto último relativamente fácil. Sara Martínez, actual portavoz del PSOE, y heredera de Pilar Zamora y Villarino, tiene un arduo trabajo por delante para presentar perfil propio dentro y fuera del partido. Mantener la secretaria general local para asegurar la candidata será un conflicto a resolver.
Es a la izquierda del PP donde está verdaderamente la lucha política municipal. El PSOE es quien más necesidad tiene de notoriedad en la ciudad para mantener el número actual de concejales y el resto de partidos de izquierda están desaparecidos. Además de la candidatura de Eva María Masías, buscando los votos del centro izquierda, también reaparecerá algún nuevo grupo a su izquierda. La posibilidad del PSOE de recuperar electores de Cs, el único partido que le podría ceder votos por el centro, es muy difícil. Si, en el 2027, Sara Martínez consigue ser candidata tienen que superar o igualar los últimos resultados para poder volver a presentarse en 2031 y convertirse en alternativa de gobierno al PP en las elecciones de 2035. El PSOE se presentó a las ultimas elecciones sin alternativa, sin plan B, sabiendo que perdería Pilar Zamora y van con una legislatura de retraso.
Con estas perspectivas no tiene que preocuparse el PP, ni la concejala de Urbanismo, ni el alcalde, de si la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) dura entre 5 y 6 años. Es una oportunidad para diseñar la ciudad sin la presión política de perder unas elecciones inmediatas. A la semana de ganar el actual alcalde las elecciones tuve la oportunidad de preguntarle públicamente si se acometería una revisión del planeamiento, lo recordará, contestando que a lo mejor solo era necesario algunas revisiones puntuales (cortoplacismo). En manos del PP y más en concreto de Paco Cañizares, está el diseño de una ciudad que tiene claramente tres modelos urbanos, uno dentro de rondas, otro fuera de rondas y el de sus anejos. Sin prisas, pero sin pausa, escuchando a técnicos y ciudadanos, se dan las condiciones políticas para poder abordar un PGOU.