Los abonos del AVE a Madrid salvados in extremis en los últimos días del año. Una nueva prórroga por seis meses gracias a un acuerdo de Podemos con el Gobierno para mantener los descuentos en los precios de los servicios públicos ferroviarios que afectan directamente a los bolsillos de los trabajadores mantendrá el descuento. En el caso de Ciudad Real y Puertollano afectan al Avant y al abono de transportes de cercanías y hablamos de una cantidad superior a los 350 euros al mes de media para un usuario que se desplace los 22 días laborales.
Seis meses más de prórroga para los abonados, pero también para la Consejería de Fomento, donde se encuentran las competencias para resolver una situación que afecta directamente al modelo económico de las grandes poblaciones de Castilla-La Mancha y que, de manera también directa, afecta al crecimiento de sus poblaciones. Acabamos de conocer los datos del padrón y Ciudad Real crece en 606 habitantes para situarse en 75.900 y Puertollano, después de 14 años perdiendo población, crece también en 68 habitantes. En ambas ciudades existe el mismo modelo de transporte con la presencia de los commuter desde hace 32 años, hoy compartido con otras ciudades de la Región, algo que siempre ha sido una esperanza de crecimiento y una herramienta para evitar el desarraigo y la despoblación que nunca ha despegado por los precios.
La consideración en sus inicios del transporte de Alta Velocidad entre Puertollano - Ciudad Real y Madrid como servicio comercial que no podía recibir ayudas públicas, y no como obligación de servicio público, exigiendo una permanente rentabilidad y equilibrio financiero a las Lanzaderas situó el precio de los abonos diarios en un porcentaje del salario que no contribuía al crecimiento de población. Solo los salarios medio- altos compensaban vivir en un sitio y trabajar en otro. El posterior cambio de las Lanzaderas a Servicio Público denominándolas Avant y enmarcándola dentro del contrato programa entre Renfe y el Ministerio de fomento no corrigió el precio a la baja, a pesar del cambio en las prestaciones, como hubiese sido lo normal si era comparado con otros servicios públicos ferroviarios, incluso dentro de la región con similares tiempos y motivos de viaje, empeorando las condiciones de los abonos diarios con la supresión de beneficios adicionales que impidió un mayor crecimiento de los commuter.
Durante la crisis de 2008, el precio del abono, el paro, y los bajos salarios, hicieron perder al Avant casi un millón de viajeros al año y muchos residentes de Ciudad Real, fundamentalmente los más jóvenes, los mileuristas, optaron por quedarse en Madrid porque el precio mensual del abono superaba el coste de alquiler de una vivienda compartida. Hasta 2019 se va produciendo una lenta recuperación de viajeros, vuelve a ser de salarios medios –altos, pero la pandemia motivó la total caída de la movilidad por motivos sanitarios y fue la recuperación de esa movilidad la única razón por la cual se redujeron los precios en un 50% para los usuarios del Avant y la gratuidad completa en el resto de los trenes considerados de servicio público.
Esta reducción de precio para recuperar la movilidad, junto a otra variable como es el nuevo precio de la vivienda, disparado al alza 15 años después, influye en la recuperación de nuevos conmuter (abonos diarios) y viajes de los trenes Avant a partir del 2021. Comienzan a utilizar los trenes trabajadores con distintos perfiles.
Para muchos de los abonados ha sido la reducción de precios el motivo para trabajar en un sitio y vivir en otro y ahora se encuentran atrapados entre dos circunstancias económicas muy desfavorables: son cautivos de un transporte donde sí se elimina la reducción del 50 % el coste del abono vuelve a suponer un porcentaje alto de su salario y al mismo tiempo de unas condiciones de mercado de la vivienda que les impide poder salir de la cautividad salvo que renuncien al empleo.
Dependen de un modelo económico de transporte desfasado en el precio, alejado del concepto de transporte público, y de unos costes de alquiler y propiedad de la vivienda en Madrid que les expulsa automáticamente del tren para volver a la vivienda compartida si quieren trabajar como si fueran estudiantes. El precio del abono y el precio de la vivienda los tiene acorralados.
Hace años, desde 2017 en concreto, que vengo manteniendo públicamente y diciendo que las variables de tiempos de viaje, distancia y precio, que se utilizaron en los modelos de abono de hace 32 años, cuando aparecieron los primeros commuter, hoy no son válidos. Y, además, suponen un agravio comparativo dentro la región entre los usuarios del transporte.
Los viajes en los Avant y el modelo de transporte con los commuter afectan a la estructura económica local y provincial de forma directa. El alquiler y compra de viviendas, comercio, hostelería, restauración, transporte local, universidad y empresas, participan económicamente de la renta de miles de trabajadores que viven y trabajan en distintas ciudades. Como dije en 2022 en esta misma Tribuna: ahora ya no estamos hablando de las oportunidades perdidas en estos treinta y dos años por no haber sabido aprovechar la presencia del AVE, los errores cometidos en la falta de planificación de las ciudades de la Región para resultar más atractivas a nuevos vecinos, a las empresas, a nuevos mercados y a las oportunidades de negocio, ya no son reversibles. Ahora lo que está en juego es mantener lo conseguido para no retroceder.
A la Comunidad Autónoma corresponde solucionar el problema porque afecta al modelo de ciudad de sus primeras poblaciones: Guadalajara, Toledo, Puertollano, Ciudad Real y Cuenca. Todas se ven afectadas directamente con el resultado de los abonos y sus precios.
Castilla La Mancha ya está pagando por mantener servicios públicos de transporte interregionales como es el caso de Guadalajara-Madrid por ferrocarril y los transportes entre Toledo y Madrid por carretera. Además, otras comunidades como Castilla y León ya han contemplado un modelo de abono para los usuarios que viven en sus ciudades y se desplazan a Madrid en Avant por motivos laborales porque les favorece como comunidad. En Castilla-La Mancha, el Consejero de Fomento tiene una responsabilidad para con los usuarios de este modo de transporte, pero también para con las ciudades, lleva años conociendo el problema y la situación de los commuter y no ha hecho absolutamente nada, la prórroga de estos seis es una nueva oportunidad para resolverlo o los usuarios esta vez pedirán su dimisión.