Escolástico González

Fontanería Pública

Escolástico González


Los contenidos de la TV local y su modelo público

24/03/2025

El presupuesto de CRTV en el ejercicio 2024 fue de quinientos mil euros. En principio, parece a todas luces insuficiente para poder competir con otras televisiones y consecuentemente conseguir las audiencias necesarias para cumplir con los fines de comunicación e información en la localidad: Información, conocimiento de la cultura y apoyo al comercio local, tradiciones y entretenimiento, entre otros.  Medio millón de euros cada año destinados a la TV es insuficiente para mantener la emisora, pero al mismo tiempo es una suma importante comparada con otras necesidades de la ciudad. Cada lector estará pensando en un proyecto que podría realizarse, de más prioridad, que la comunicación del Ayuntamiento. No obstante, la información local y su difusión es imprescindible para la actividad municipal. 
A pesar de la necesidad de la información, una TV pública local sin contenidos propios de calidad es un lastre económico para el Ayuntamiento y consecuentemente para todos los ciudadanos. Si lo que se busca en el Ayuntamiento es la efectividad en la comunicación con sus propios medios, la TV local está lejos de poder conseguirlo con el actual presupuesto y mediante el actual modelo de explotación. Es decir, es como la pescadilla que se muerde la cola, si se quiere más calidad y contenidos es necesario aumentar el gasto. La limitación de su programación y escasa audiencia es, sin lugar a dudas, debido a la falta de recursos humanos y medios materiales.
Para mantener una TV local eficiente y de servicio tienen que entrar en juego otros valores que vayan más allá de la pura comunicación e información y eso necesita presupuesto: valores culturales y educativos de la comunidad, económicos, históricos, geográficos, demográficos, etc., y especialmente todos aquellos que sirven para el desarrollo de la localidad y sus anejos. El coste financiero actual que tiene para el municipio la TV ponen en la duda a cualquier ciudadano de su efectividad, y no porque su coste sea mayor que el de otras televisiones similares, que no lo es, pero el modelo es discutible, especialmente el de explotación y el de la realización propia de los contenidos de acuerdo con los valores que tienen que motivar su continuidad. La TV local de la ciudad sigue igual desde hace años. Es un departamento o sección más del Ayuntamiento integrado en la administración, como lo prueba el hecho de que Incluso tuvo que convertirse en funcionarios a los trabajadores de la TV local por sentencia judicial.
En un momento de tránsito, en los modelos de la comunicación y de la información, donde se confunden una y otra, con las consecuencias que se derivaran de ello a futuro, la comunicación municipal con los ciudadanos no tiene por qué realizarse de forma directa por el Ayuntamiento por medio de una TV pública, puesto que por este medio solo se llega a un escaso 4% de la población. En el caso de la capital, la información municipal está sobradamente garantizada porque existen suficientes medios de comunicación de ámbito local y provincial, públicos y privados, en papel y digitales, de radio y de TV, para hacer llegar al ciudadano la información. 
Los medios de comunicación locales y provinciales se han transformado, algo que no ha sucedido con la TV local. En los medios escritos de la provincia la caída fundamentalmente de los ingresos por la publicidad, que se ha trasladado a otros medios digitales, junto con la caída en las ventas de los ejemplares en papel ha hecho que se transformen en Ciudad Real las ediciones de los dos medios de ámbito provincial de comunicación escrita que convivían desde hacía 35 años. Lógicamente, y no se le escapa al lector, la transformación y sus consecuencias ha sido desigual en términos económicos al tratarse, en un caso de un medio público, dependiente de una institución provincial y, en el otro, de un medio totalmente privado. Otros medios escritos, de ámbito territorial más reducido, directamente han desaparecido en sus ediciones de papel y han quedado, testimonialmente, en forma de blogs o páginas webs de escasa difusión y contenido.
El coste que suponen los medios públicos de carácter local o provincial no justifican en ningún caso su contribución a la transparencia informativa y aún menos a la neutralidad. Son una carga para los contribuyentes, directamente en el caso del municipio e indirectamente en el caso de la provincia. No se trata de cerrar ningún medio y olvidarse de CRTV y/o de los diarios públicos como canal de comunicación o de información, no, simplemente reconvertirlos y hacer con ellos un ejercicio de transparencia privatizando todo o parte de su gestión, permitiendo, de esta forma que las empresas de comunicación puedan aportar sinergias en la creación de los contenidos fundamentalmente para preservar los valores, pero al menor coste a los ciudadanos. 
En una provincia como esta, donde los medios de comunicación privados viven fundamentalmente de la ayuda institucional y los públicos directamente de los presupuestos, lo que parece más democrático y transparente es que la información no sea pública y que las ayudas institucionales a las empresas de comunicación y medios informativos sean objetivas y transparentes, cuestión esta última igual de fundamental para la democracia que la primera. 
Todos tienen, o tenemos, derecho a evolucionar en nuestro pensamiento y quienes hoy pensamos que no son buenos los medios de titularidad pública podemos pensar lo contrario dentro de cuatro años, pero no es mi caso que, ya en el año 1.987, le pedía públicamente en un pleno de toma de posesión al Presidente de la Diputación, en aquellos momentos Paco Ureña, que lo mejor que podía hacer era privatizar el diario de titularidad provincial, mucho antes de que existiera CRTV. Ahí están las actas.  Treinta y ocho años después aún sigue siendo público.
Si el Ayuntamiento lo que busca además de la información, que siempre estará sea cual sea el modelo, es la comunicación de su actividad, unido a la creación de los valores de la ciudad, la divulgación de la cultura colectiva de los ciudadrealeños entre los jóvenes y mayores y, como no, también al entretenimiento, el modelo de TV que ofrece está lejos de conseguirlo. Los medios de comunicación públicos son como la ley electoral, que todos la critican cuando están en la oposición por considerar que favorece a quien gobierna, pero cuando se produce la alternancia en el poder nadie la cambia.  La TV Regional es más singular y es otro capítulo aparte para comentar de forma separada.