Nuevos proyectos de construcción de viviendas por la iniciativa privada en la ciudad es una buena noticia, pero cuidado con la aprobación y creación de nuevas urbanizaciones sin que cuenten con la conexión adecuada de todos los servicios que se precisan porque después pasan años sin realizarse y el ayuntamiento se ve impotente de asumirlo. El proyecto presentado esta semana al oeste de la ciudad para la construcción de 575 viviendas en la carretera de Las Casas es la zona natural de crecimiento de la capital que además se pondrá de moda en próximos años. No obstante, la falta de vivienda de promoción pública en Ciudad Real es la asignatura pendiente desde hace muchos años.
La  A-43 y la línea del AVE limitan el crecimiento de la capital por el sur y el este. La cercanía dede Miguelturra y Poblete son otra barrera urbanística para el desarrollo de la ciudad por el sureste, por ello, el lugar adecuado y natural para el crecimiento es el oeste donde el término municipal es amplio y su única limitación es el regadío del Vicario.
La segunda ronda de circunvalación desde la calle Fernando Alonso de Coca, donde acaba el último tramo ejecutado, hasta la conexión con la rotonda de la carreta de Toledo, precisamente todo el lado oeste y noroeste de la capital, se hace imprescindible para continuar el crecimiento natural de la ciudad por este lado y realizar la ordenación de los accesos de las carreteras N-430, N-420 y la CM-412, de Piedrabuena y Porzuna, y desde esta última hacia la N401, para conectar con el otro lado de la circunvalación en la carretera de Toledo y dar una continuidad natural a las nuevas áreas que se urbanicen. 
De momento, la carreta va delante de los bueyes. Las urbanizaciones y los centros administrativos antes que las infraestructuras y no parece que exista una solución inmediata para la construcción de las mismas, en el corto plazo, antes de las nuevas licencias al otro lado del trazado previsto de la segunda ronda de circunvalación. ¿Por qué digo que la carreta va delante de los bueyes? Varios ejemplos ilustran la necesidad de la segunda ronda: El primero ya se ha construido y es la ciudad administrativa, una inversión de 45 millones de euros para cambiar los servicios de la Junta de Comunidades al inicio de la CM-412 que va a suponer un cambio fundamental en los flujos de tráfico de la ciudad y nadie pensó cuando se autorizó el cambio y se dio la licencia en realizar la infraestructura viaria para conectar las distintas entradas de la ciudad. Nuevamente, que envidia de Toledo y de todas las infraestructuras realizadas por la comunidad autónoma para ordenar la ciudad y sus centros de trabajo.
El segundo, que existen urbanizaciones construidas en el noroeste, al otro lado del trazado de la segunda ronda, como las de la calle Rusia y Bielorrusia sin conexiones y servicios que, por no tener, no tienen ni transporte público desde hace más de diez años. Además de otras muchas deficiencias en los servicios porque al Ayuntamiento le cuesta asumirlos. Y, ahora, una nueva urbanización de 575 viviendas unifamiliares en la Carretera CM-412 a la altura de la Confederación Hidrográfica nuevamente al otro lado del trazado actual de la segunda ronda.
La planificación es esencial en la ciudad y nada puede ser excusa. Es cierto que los ejemplos anteriores estaban realizados a la llegada de la actual Corporación, pero eso ya no la exime de responsabilidad en el diseño de la ciudad para los nuevos proyectos y aún menos en la política de vivienda que se quiere llevar a cabo. El Ayuntamiento puede tardar un año en reorganizar sus servicios, pero cuando se llega al gobierno el diseño de la ciudad tiene que estar ampliamente esbozado y la política sobre vivienda perfectamente definida. 
La promoción privada no siempre soluciona los problemas de acceso a la vivienda. Conocer las necesidades reales de vivienda en la ciudad para los distintos segmentos de población y aportar soluciones es una de las obligaciones del actual equipo de Gobierno de la ciudad y sus servicios municipales. Exigirla, a la Comunidad Autónoma, es otra de esas obligaciones. 
El viernes pasado el presidente García Page en la Conferencia de presidentes proponía un pacto de Estado en materia de vivienda y decía: agilizar la normativa en materia de suelo y movilizar todo el suelo disponible en la administración para ponerlo a disposición de promotores públicos privados; e incorporar suelos privados a las políticas públicas de vivienda.  Hay que exigir, de inmediato, que solares como los del Padre Ayala, propiedad de la Junta de Comunidades y pendientes de construcción desde hace más de veinte años, se ejecuten y, por otro lado, que se rehabiliten promociones ya construidas en manos de la banca que se encuentran abandonadas y que son fruto de ocupaciones ilegales. Debería de comenzar García Page en su propia tierra dando ejemplo de lo que predica.
Solo estas dos promociones, la primera incluso con proyecto de construcción ya realizado de 259 viviendas y la segunda en pie, pero deteriorada por el abandono, supone la puesta en el mercado de más de cuatrocientas viviendas en menos de dos años si se gestionan adecuadamente. No niego que se tenga que realizar el pacto de Estado, que propone Page, pero hay cosas mucho más simples y económicas que dependen solo de él y su consejero. Recordar el último suelo público que gestionó el consejero de Fomento en Ciudad Real es para pedir su dimisión.
La vivienda asequible en Ciudad Real es la asignatura pendiente. Doce años sin construcción de viviendas públicas por parte de las administraciones responsables ha sido uno de los motivos del incremento del precio de la vivienda y de los alquileres en la capital, aunque comparativamente con otras ciudades no está entre las más caras. El inicio de nuevas promociones privadas de viviendas de carácter unifamiliar fuera de rondas es una buena noticia, aunque eso no resuelve el problema para muchas familias demandantes. Existe una necesidad imperiosa de construcción de vivienda de promoción pública y los responsables directos de ello son el Ayuntamiento y la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha.