Esta semana pasada ha surgido nuevamente, por parte del PSOE, la propuesta de construcción de viviendas en la zona de Pío XII. Sara Martínez, arropada por la delegada del Gobierno, Blanca Fernández, le pide al alcalde por carta, realizando un brindis al sol, que espacio del viejo ambulatorio y el actual centro de salud número 1 se dedique a vivienda de VPO. Respondía el alcalde, con ciertos reflejos, que él no lo ve con malos ojos.
Faltaba más, qué puede decir el alcalde frente a una propuesta del PSOE de construcción de viviendas que, como muy pronto, pasaran 10-12 años para que sean realidad. No tiene ninguna necesidad de desgastarse frente a una propuesta de la oposición que posiblemente nunca verá hecha realidad. Sara Martínez, en un arrebato de gestión, y en contra del plan de modernización que ella mismo votó y después del abandono de Ciudad Real por parte de la región en materia de vivienda, recoge el guante lanzado por Emiliano García-Page y su consejero en la inauguración hace unos meses del edificio de Cruz Roja de construir el nuevo centro de salud número 1 en la Calle Postas y hacer en su lugar viviendas de VPO.
Dieciocho años hace que se entregaron las últimas viviendas construidas por la Junta de Comunidades siendo consejero Alejandro Gil y delegado de Vivienda en Ciudad Real Lorenzo Selas, quien fuese alcalde entre los años 1979 y 1994 y que ya había construido durante sus respectivos mandatos al frente del Ayuntamiento más de 1.000 viviendas públicas. Se construyeron barrios enteros, en el recinto Ferial, en la Granja, en la carretera de Toledo, en la avenida del Ferrocarril, en La Atalaya, calle Gregorio Marañón, etc. Después de Selas, la empresa municipal Emusvi, durante los gobiernos municipales del PP, volvió a construir viviendas de promoción pública, pero durante los últimos ocho años de gobierno municipal del PSOE, ni una.
Y ahora surge la pregunta: ¿qué supone para el inminente problema de vivienda en Ciudad Real la propuesta realizada por el principal partido de la oposición? Pues eso, un brindis al sol y una vez más, trabajar solo de cara a la galería, sabiendo con certeza que la propuesta necesita más de una década para ser una realidad. A saber, y como mínimo, la propuesta de Sara Martínez portavoz del PSOE requiere primero modificar el planeamiento, después construir el nuevo Centro de Salud, si se ponen de acuerdo las administraciones en su lugar, en la calle Postas o en otro sitio, después trasladar el centro de salud y, finalmente, construir en su lugar las viviendas públicas. Y todo ello si no hay problemas con la propiedad del suelo, salvo sorpresas, son del Estado y de la Junta y no hay expropiaciones con derechos de reversión. No obstante, el tiempo necesario para hacer realidad las viviendas propuestas por Sara Martínez y Blanca Fernández es de una década en adelante.
De inmediato surge una segunda pregunta, esta vez para todos los grupos del Ayuntamiento y especialmente para Blanca Fernández: ¿Por qué no se ha realizado ya, y además con urgencia, la petición de construcción viviendas en el solar del Padre Ayala, en la Puerta de Toledo, antiguamente conocido como Vista Alegre? Cinco gobiernos regionales del PSOE y PP. Cinco corporaciones municipales distintas, Gil Ortega, Rosa Romero, Pilar Zamora, Eva Masías y, ahora, Francisco Cañizares y el solar sigue en el mismo sitio, esperando desde hace 20 años, y nadie pide construir las 209 viviendas de las cuales ya existe proyecto constructivo y que, además, serviría para reordenar el antiguo barrio de Vista Alegre y acondicionar la entrada a la ciudad.
Pero, es más, y hablaremos de ello en otro momento, existe un derecho de vuelta y de retorno a la barriada del Padre Ayala, de los últimos vecinos desalojados, recogida en escritura pública, por parte de la comunidad autónoma, desde hace más de veinte años, que debería de conocer perfectamente Blanca Fernández y su delegado en la materia.
Si la ciudad ha estado en estos años lejos de los focos de la especulación en la vivienda y ha mantenido unos precios bajos en venta y alquiler, comparativamente con el resto de España, es consecuencia de la política de viviendas públicas del Ayuntamiento en la década de los 90. Una política que fue duramente criticada por la derecha con el argumento de que la construcción de vivienda social servía de efecto llamada. Ahora, después de años de abandono, sin ningún plan preconcebido de vivienda para la capital y con la falta de construcción de vivienda pública, fundamentalmente de las tres últimas legislaturas, la preocupación mostrada por la oposición y el Gobierno municipal es una decisión forzada por las condiciones que vuelve a imponer el mercado inmobiliario y, por ello, necesita de soluciones más inmediatas que la realizada por el PSOE y que recoge Cañizares. Es necesario construir en los solares ya existentes, como el del Padre Ayala, y buscar suelo municipal disponible y de rápida modificación interna del planeamiento.
El gobierno municipal de PP y VOX, pero especialmente la oposición, que realiza la propuesta de las viviendas en Pío XII para 2035, debían de fijarse en su propia historia y aprender de sus antecesores. No puede, ni debe, olvidarse Sara Martínez y aún menos la delegada del Gobierno regional, que fue la Junta de Comunidades, gobernada por el PSOE, quien llevó a cabo la política de vivienda en la década de los 90 y la que tiene sin construir desde el año 2002 las últimas 209 viviendas planificadas en el Padre Ayala. Si uno se olvida de su propia historia y no reivindica lo que es obvio e inmediato, como es la construcción del Padre Ayala, puede parecer que solo se persiguen fines distintos al interés general y solo se busca de la aprobación personal al frente del partido en la capital. Decir lo mismo y no recordarles a tus mayores las obligaciones para con la ciudad y con los ciudadanos adquiridos públicamente y ante notario puede ser bueno internamente para la persona, pero malo electoralmente.
El actual solar donde estaba la barrida del Padre Ayala, actualmente un aparcamiento mal llamado disuasorio, es de reconocer que se trata de un sitio excelente que con el paso del tiempo se ha convertido en un espacio de alto valor económico para la construcción, como lo demuestran las que se construyen al otro lado, en los solares de los militares, donde la vivienda pública adquiere precios prohibitivos, pero eso no lo excluye de que pueda ser destinado a viviendas de promoción pública y de carácter social. Es más, y se puede afirmar con rotundidad, el solar del viejo barrio del Padre Ayala es para vivienda social que es para lo que fue cedido en 1958. Cualquier especulación con el solar es reprobable ética y jurídicamente, ahora y siempre.
Cualquier otra solución que se quiera plantear con ese solar distinta a la construcción de las 209 viviendas proyectadas desde 2002 es alterar la realidad y olvidarse de los compromisos adquiridos. No justificará nunca una plaza de aparcamiento disuasorio, ni ahora ni en el futuro, dejar de construir en su lugar las viviendas públicas y sociales previstas.