Se abrió el telón.
Primer acto de una larga lista. La sede, el Museo de Arte Reina Sofía. En la primera fila, todo el Ejecutivo respaldando al presidente.
Motivo de la función: la muerte del dictador Francisco Franco. El título: España, 50 años de libertad. El actor principal: Pedro Sánchez que en su monólogo no sólo ha recordado la importancia de la democracia, sino que ha advertido de los peligros que podemos correr. ¿Pretendía avisar, recordar, amenazar, atemorizar, simplemente alertar porque el que avisa no es traidor…? Esos tiempos oscuros que vivimos los españoles «pueden volver a ocurrir», dijo en un momento de su intervención; también que la libertad «nunca se conquista de forma permanente».
La historia, la propia vida, nos muestra que nada es seguro, pero ¿estamos en una situación en la que en cualquier momento todo puede saltar por los aires? Esperemos que no, aunque hay que reconocer que la armonía no es nuestra principal característica.
De momento, los españoles, que hicimos una Transición ejemplar, aunque algunos ahora pretendan que creamos que no fue para tanto, llevamos medio siglo disfrutando de un país democrático, de una monarquía parlamentaria, que, con sus imperfecciones, que las hay, nos permite disfrutar de todos los derechos fundamentales. 
Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, en este primer acto de cien, no sólo se habló de la muerte de Franco, sino también de los totalitarismos y de paso de Estados Unidos y de Elon Musk… y de una de las grandes obsesiones del Gobierno: las noticias falsas, que, por eso, recordemos, necesitamos un plan de regeneración democrática.
¿De verdad creen que es necesario desarrollar cien, sí, cien, actividades a lo largo del año para celebrar la muerte de Francisco Franco? ¿No hubiera sido suficiente la organización de lo que hubieran considerado oportuno llegado el día de autos?
¿Creen que es este el mayor problema que tiene la sociedad española o la mayor preocupación que se debate en los distintos hogares?
¿No hay otros asuntos más prioritarios en estos momentos a los que destinar el dinero que se va a gastar en la conmemoración de la muerte del dictador? Que, por cierto, no sé si se ha hecho público lo que nos va a costar esas cien actividades que se van a celebrar dentro y fuera de España según han comentado.
Días atrás, el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática decía que el objetivo es «defender 50 años de libertad frente a 40 de totalitarismo y oscuridad». ¿A estas alturas tenemos que seguir defendiéndonos? ¿De quién?
En fin… puestos a celebrar aniversarios, en este 2025 más que recordar la muerte del dictador, personalmente prefiero soplar las velas del centenario del nacimiento de dos de nuestras grandes escritoras: la siempre recordada y querida Ana María Matute y Carmen Martín Gaite.