Escolástico González

Fontanería Pública

Escolástico González


La patata caliente para la capital y Miguelturra

23/10/2023

En el año 2007 el Ayuntamiento de la capital aprobó un reglamento de saneamiento y posteriormente, ese mismo año, una ordenanza municipal que contemplaba una tasa por el uso del alcantarillado en función del agua consumida -en algunos casos es más cara que el propio suministro de agua- para después, a renglón seguido, adjudicar la gestión del mantenimiento a una empresa privada. No es momento de entrar en otras disquisiciones, entre lo público y privado, para el ciclo del agua, o el dinero pagado por los ciudadanos en estos últimos 17 años exclusivamente para este fin, pero parece razonable que entre las prioridades de la corporación actual debe de estar la reparación del actual emisario, ya que no fue así en los últimos ocho años, y pensar en una nueva infraestructura.  
Ciudad Real y Miguelturra van de la mano en el ciclo del agua compartiendo el emisario general, la depuración de las aguas residuales y el suministro de agua potable. Ambas localidades usan en común las infraestructuras del pantano de Gasset, la estación depuradora de agua potable de la carretera de Toledo, la estación depuradora de aguas residuales de Alarcos, el emisario general, los depósitos de almacenamiento de la Atalaya y la red de distribución de alta. Miguelturra está conectada a Ciudad Real para ambos servicios.
En el año 1950, inicio de las obras de construcción del emisario y del colector la ciudad contaba con 33.375 habitantes, y, en la actualidad, las sumas de ambas poblaciones de ciudad Real y Miguelturra suponen 91.344 habitantes. Es decir, tres veces más de la población existente en el momento de la construcción, pero, además, otro dato importante es la extensión en metros cuadrados de calles asfaltadas y de red de saneamiento para la recogida de las aguas pluviales que es entre cinco y siete veces la existente en 1950, donde no existían edificaciones ni calles asfaltadas fuera de rondas y la localidad de Miguelturra era un pueblo con 7.000 habitantes.
Pronto se cumplirán los 75 años del inicio de las obras de construcción del emisario general. El de Ciudad Real es un emisario que sirve para recoger las aguas pluviales y fecales de la capital, y, desde el año 1984, también vierte al mismo – y esto es importante - el colector de la vecina localidad de Miguelturra. Aproximadamente, cincuenta años después de su construcción, y debido a un hundimiento, ya dio la primera señal de alarma en el año 2005 con la obstrucción de una parte del mismo antes de llegar a la estación depuradora, todos lo recordarán, que obligó a su desdoblamiento. 
El crecimiento y desarrollo de los últimos 25 años de la población de Miguelturra siempre ha estado ligado a la capital. Primero, por los servicios básicos de agua y alcantarillado para el desarrollo urbano, después, por el transporte y la cercanía para las relaciones laborales, y finalmente porque la oferta de suelo más económico para la construcción de vivienda facilitó el traslado de muchas jóvenes familias de la capital al pueblo vecino. 
Existen razones suficientes, no solo la de la distancia física entre ambos núcleos urbanos, que ya se dan la mano, para pensar definitivamente en decisiones conjuntas para resolver problemas conjuntos aportando soluciones de larga duración que permitan a ambas poblaciones tener garantías de futuro.  He aquí una poderosa razón para avanzar en la conurbación. Ya escribí de este tema el 26 de abril de 2021 en este mismo espacio. Pero, si hace unas semanas me refería, en esta misma tribuna, a la necesidad del agua para la ordenación del territorio en un artículo sobre el incremento de las hectáreas de regadío en el pantano de Gasset: Nunca llueve a gusto de todos. Nuevo regadío del Gasset por afectar al futuro de la ciudad y también de Miguelturra, por cierto, el pantano está en alerta por su bajo nivel, esta semana le toca al emisario general, que, al igual que el agua, limita la capacidad de ordenación del territorio y el desarrollo de la capital y su vecina población. Todo ello al margen de otros análisis, necesarios igualmente, para resolver el problema existente en el planeamiento urbano de ambas poblaciones donde debido a su progresivo acercamiento necesita de nuevas ideas. La pasarela es solo una propuesta temporal que no resuelve la permeabilidad urbana entre ambas localidades. Además, han pasado diez años desde que se comenzó a hablar de ella y aun no existe. Cuando esté terminada en 2025 ambos municipios son conscientes de que existen nuevas demandas urbanas. 
Parece un problema lejano el del emisario general y el del colector, porque no se ve, aunque hay que decir que algunas veces se huele, especialmente en la zona oeste, pero Ciudad Real y Miguelturra quedan condicionadas enormemente en su crecimiento y desarrollo urbano suponiendo una limitación para la instalación de nuevas industrias o actividades.