Lorenzo Selas, en 1991, dio al PSOE su primer triunfo electoral en la capital 60 años después de que lo hiciera José Maestro, en la Segunda República. Lorenzo podía haber elegido entre el PP y el PSOE, y, sin embargo, eligió a Ciudad Real con la cabeza y al PSOE con el corazón. Una decisión fuertemente criticada por quienes le pretendían, pero al mismo tiempo incomprendida por sectores locales y provinciales del PSOE que le habían considerado un rival. Fuera del PSOE, el fichaje de Lorenzo Selas se vendió como un activo para los electores y dentro del partido, como un adversario político eliminado. Siempre hubo dos almas socialistas en la incorporación.
Cuando uno escribe y publica lo hace para comunicar y Lorenzo Selas mantiene su capacidad de comunicación intacta. En Relato de una época hay una comunicación directa en forma de narración y otra entre líneas. Habitualmente, en círculos políticos de la derecha, se usa la idea de ensalzar a los viejos socialistas con el ánimo de desacreditar a los actuales. Lorenzo Selas, en su Relato de una época, que acaba de publicar Serendipia, ensalza a los viejos socialistas, de la provincia y región, que le apoyaron para hacer ciudad en los años de su mandato, fundamentalmente entre 1986 y 1993, con el gesto noble del compañero y el agradecimiento desde el corazón. Ser agradecido es de bien nacido, y Lorenzo Selas otra cosa no tendrá, pero agradecido y correcto es como nadie.
Tan agradecido y correcto es Lorenzo Selas que me temo que se ha dejado en el tintero demasiadas experiencias para no herir ninguna sensibilidad, ni a izquierdas ni a derechas e incluso dentro del propio Partido Socialista. En un ejercicio de memoria tan prodigiosa como demuestra Lorenzo Selas para recordar nombres y fechas de cada acontecimiento de la ciudad, después de 31 años de silencio, hubiese sido también muy fácil recordar los momentos difíciles y los nombres de quienes ponían palos en la rueda dentro y fuera del PSOE para entorpecer su trayectoria política y éxito personal, por envidia o por rivalidad. Ahora, a sus 86 años, podía haber ajustado cuentas, aunque hubiese sido literariamente, para dar a conocer y desvelar secretos de compañeros y adversarios, pero no. Su prudencia sigue siendo su mejor arma. Otros no lo hubiesen podido evitar.
Lorenzo Selas fue un caballero en la política. Un alcalde siempre conciliador que ponderaba, y lo sigue haciendo, sus opiniones personales y los intereses de la capital donde siempre salen vencedores los intereses de Ciudad Real. Sabe a poco el Relato de una época que nos cuenta Lorenzo Selas y, al mismo tiempo, es mucho lo que nos ofrece para recordar cómo fue su etapa de gestión al frente de la ciudad, la más importante que se recuerda en el último siglo.
La vocación de servicio de Lorenzo Selas, un joven emprendedor de los años 60, preocupado por la economía social y laboral de su ciudad, donde ha vivido y trabajado desde niño, está muy alejada del perfil de otros candidatos a la Alcaldía, antes y después de la democracia. Sus inquietudes y compromiso con Ciudad Real le llevan a dar el paso para ponerse al frente de la candidatura de UCD en las primeras elecciones democráticas de 1979, donde la capital aún está saliendo del caciquismo y quienes la gobernaban eran las elites locales de la administración.
Desde el inicio, Lorenzo Selas descubre rápidamente la necesidad de la doble gestión necesaria para coordinar a funcionarios y concejales simultáneamente. Su secreto del éxito: consensuar con los políticos y gestionar con los funcionarios. Sus dotes naturales de comunicación, su capacidad de trabajo y esfuerzo, pronto le convierten en el líder de una administración local necesitada de organización que le obliga a compaginar vida laboral y política en jornadas de más de 16 horas diarias y de una corporación de 21 concejales de distintas ideologías que necesitan de mucha mano izquierda y nada de imposiciones. Lo primero, siempre la ciudad. Pocos tenían resistencia para seguir el ritmo de trabajo que marcaba.
El gobierno municipal de Lorenzo Selas desde 1979 hasta 1993, cuando deja la Alcaldía para ir al Senado con el PSOE, está marcado por cuatro etapas políticas distintas, todas de éxito, pero un solo objetivo por delante de cualquier interés: Ciudad Real. En 1979, con UCD; en 1983, con un gobierno en coalición de independientes con AP, PDP y UL; en 1987, con una Agrupación Independiente; y 1991, con el PSOE. Esas son las siglas de cada legislatura que gobierna y vienen impuestas por las necesidades de la ciudad, el momento político y las circunstancias locales.
Lorenzo Selas, el primer alcalde democrático después de la dictadura, abrazó la convivencia democrática como seña de identidad de sus sucesivos gobiernos municipales por encima de colores de partidos políticos. El consenso municipal y el trabajo colaborativo de todos los concejales fue su bandera, desde la primera legislatura donde estábamos sentados a la misma mesa reconocidos falangistas con cargos en el movimiento hasta profesores que eran expulsados de su cátedra por la ideología; desde el partido de Fuerza Nueva al Partido Comunista; desde viejos y reconocidos empresarios a jóvenes que querían abrirse camino;hasta su última legislatura de gobierno, cuando sufría la pinza del PP e IU.
Sus años de silencio han sido de respeto a quienes han gobernado la ciudad, pero no ha sido ajeno a que han imperado los intereses estratégicos de partido antes que los intereses de la ciudad. Ciudad Real mantendrá siempre en la memoria su etapa como alcalde. Ya lo hizo con humildad el actual alcalde del PP en su toma de posesión en 2023, porque si algo ha buscado siempre Lorenzo Selas es unir todos los intereses, de izquierda y derecha, en beneficio de Ciudad Real.
Lorenzo Selas escribe para comunicar dando las gracias a quienes trabajaban por Ciudad Real. Quienes solo piensan en la política de partido antes que en Ciudad Real no tienen cabida en la memoria de Lorenzo Selas.