Escolástico González

Fontanería Pública

Escolástico González


Los pueblos de derechas en CLM y el PSOE

07/10/2024

Días pasados se publicaba un informe de tres investigadores, dos de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y uno de la Universidad de Salamanca, sobre la despoblación y su efecto en el comportamiento electoral asociando el crecimiento de la derecha y la extrema derecha al tamaño de la población donde reside el individuo. (Un estudio de una universidad catalana en La Mancha, en confrontación política indirecta con Cataluña, lo mismo puede parecer subjetivo. Menos mal que uno de los investigadores es de la Universidad Salamanca). No obstante, merece la pena seguir el argumento y trasladarlo a esta región para ver si es cierto. 
De los 919 municipios que tiene Castilla-La Mancha, 642 municipios tienen menos de 1.000 habitantes y 240 menos de 10.000, 31 tienen entre 10.000 y 50.000, y solo seis tienen más de 50.000 habitantes. Esta estructura territorial, según el estudio presentado, es propicia para la derecha y los partidos ultras.
Los investigadores mantienen en su tesis:«La despoblación tradicionalmente ha beneficiado al PP y que este efecto ha sido mayor en los municipios pequeños, así como en las localidades más envejecidas. Sin embargo, cuando los municipios entran en situaciones extremas de despoblación es Vox quien obtiene mejores resultados en detrimento de los populares». Mantiene el estudio que, de forma general, en los pueblos se produce una emigración de los más jóvenes hacia las ciudades coincidiendo con los más preparados y cualificados. Ese perfil de quienes emigran se corresponde con votantes más de izquierdas, quedando en el pueblo los mayores y con menos estudios que pasan a ser quienes tienen más peso demográfico. Con este perfil de votantes, la oferta política de los partidos suele centrarse en los aspectos de agricultura, caza, ganadería, cultura popular, toros, etc. 
Prosiguen los investigadores ahondando en los efectos de la despoblación sobre el voto y analizan cuatro variables: el tamaño del municipio, el número de personas mayores de 65 años y la prestación de servicios públicos (educación, sanidad) y privados (banca, comercio), llegando a la conclusión de que el tamaño del municipio y los mayores de 65 son el terreno 'fértil' electoralmente para PP y Vox, no incidiendo significativamente las otras dos variables. Argumentan los investigadores que la despoblación de los municipios y su envejecimiento, asociado a la falta de universitarios, alimentan la ideología conservadora y ultraconservadora. Además, una encuesta realizada en toda Europa para ubicar a los partidos en el espacio ideológico izquierda derecha y/o urbano-rural, observa como Vox es considerado como el partido de ámbito estatal más rural y más a la derecha, seguido del PP, y, en el lado opuesto se encuentran IU y Podemos. El PSOE es considerado mucho más urbano que rural. 
Dicho lo anterior y con la estructura poblacional de Castilla-La Mancha, donde predominan los municipios de entre 1.000 y 10.000 habitantes, despoblándose la mayoría de ellos, salvo algunos ubicados en los límites cercanos a la Comunidad de Madrid, parece lógico que el PSOE regional gire hacia posiciones más conservadoras para competir con PP y Vox en las poblaciones rurales y despobladas. Es decir, en Castilla-La Mancha se compite por el mismo electorado rural desde distintas posiciones ideológicas de izquierda y derecha.  
En no pocas ocasiones esta competición electoral por los mismos votantes, con argumentos similares, crea desconcierto en las bases de los partidos y en el propio electorado. Con dicha competencia resulta fácil caer en el populismo para atraerse el voto. Incluso en algunos casos se raya la mentira y se recurre al bulo.
El PSOE de Castilla-La Mancha supera en votos y resultados a las derechas y ultras en la mayoría de las elecciones regionales y municipales, aunque no sucede lo mismo en las generales, donde la suma de la derecha viene ganando sistemáticamente al PSOE desde 1996. Los socialistas solo han ganado en Castilla-La Mancha las elecciones generales de 1982 al 93 con Felipe González. Las elecciones regionales son otra cosa, el PSOE ha ganado todas excepto en 2011, que ganó María Dolores de Cospedal. Los datos y resultados obtenidos a lo largo de los años en las distintas elecciones regionales y municipales avalan las políticas de Bono, primero, y después de García-Page. No hay duda, el populismo de Page atrae a los votantes en las zonas rurales de Castilla-La Mancha.
Ahora bien, ¿qué sucede cuando dentro del mismo partido se hace necesario ponderar ambas estrategias territoriales, una nacional de carácter más urbano atendiendo a la mayoría de la población que vive en las grandes urbes y en la costa, y, otra regional de ámbito más rural y por ende más conservadora? En principio, en un partido bien estructurado deben de convivir ambas programáticamente y deben de armonizarse los discursos para llegar a la mayoría de la población sin necesidad de dar muestras de deslealtad de una política regional frente a la nacional. Así lo está haciendo el PP. 
La lealtad política es fundamental para los resultados electorales y sin la lealtad no hay movilización de los votantes. La lealtad no significa la eliminación del pensamiento crítico, pero cuando el pensamiento crítico te separa del partido por razones que van más allá de lo ideológico, es bueno pararse a reflexionar y especialmente a debatir con el resto de la organización, porque sin la marca PSOE García-Page no ganaría las elecciones. Ahora se presenta una oportunidad única en los próximos congresos regional y federal. Bono supo ganar muchas elecciones regionales enfrentándose al Gobierno y a los ministros por Castilla-La Mancha para mejorar sus infraestructuras y por el agua.