José Rivero

Doble Dirección

José Rivero


Perder/ganar

26/02/2025

El resultado de las elecciones en la República Federal Alemana confirma, sin ambages, el cambio de ciclo de la política occidental. Con el hundimiento del SPD, que obtiene su peor resultado desde 1949 –16,4% del sufragio– y la glorificación de AfD rondando el 21% del voto emitido, para pasar a ser la segunda fuerza política del Bundestag germano. Y puede que todo ello alimente otros cambios soterrados y menos visibles. La política oriental –Rusia, China e India– es otra cosa, por ahora y por el momento. Y ello, tras el primer mes– mes estruendoso en las formas y en el fondo– de mandato de Donald Trump que ha convertido el tablero geoestratégico mundial en un tablero en llamas o a punto de combustión. O en una partida de envites y órdagos varios. Baste repasar, como letanía del miedo, algunos titulares de las últimas semanas, con los argumentos (¿…?) desplegados en bloqueos de organismo internacionales y amenazas mundiales; con intervenciones de final de guerras y resurrección internacional del aislado y asediado Putin –aconsejable ver como argumento complementario, la miniserie de la BBC, Putin de espía a presidente (2020)–sobre órdagos diversos de Elon Musk y su Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE); la cantada del vicepresidente Vance en Múnich sobre el papel subsidiario y subsidiado de Europa en la Conferencia de Seguridad; las firmas teatralizadas de Trump en sus decretos (executive orders) con un bolígrafo-brocha de la casa Cross, especialmente fabricado para el evento, como auténtica performance de la peor política; o el saludo a la romana o a la alemana, de Steve Bannon en la Conferencia Política de Acción Republicana, celebrada en Washington y donde han confraternizado los trumpistas europeos, también los españoles y argentinos. Un Bannon romanizado o nazificado, padre putativo e intelectual (¿…?) del movimiento que algunos llaman ya como New order, y que tiene más de viejo que de nuevo. Como ya ocurriera con el viejo, conservador y enranciado Tea party, o como ha ocurrido con el juego de la motosierra de manos del nuevo dúo musical Musk-Milei: ¡La libertad carajo!, o ¡Recortar lo público!
Y todo ello, como revolución conservadora en curso y progreso –a pesar del esfuerzo clasificatorio que realiza Martín Caparrós en su pieza La palabra revolución (EPS, 20 de febrero de 2025)– compone el magma de las titulaciones casi enigmáticas, publicadas en diferentes medios en los últimos días. «La mayor reversión de alianzas de la historia», en palabras de Lluís Basset, «el desmantelamiento del Estado profundo», según Iker Seisdedos y hasta «la revolución conservadora en marcha».