Escolástico González

Fontanería Pública

Escolástico González


Las Terreras necesitan un pasito más

17/11/2024

Mañana día 19 de noviembre se cumplen seis años de un artículo en este mismo periódico titulado: sra. alcaldesa y sr. obispo de Ciudad Real. En el mismo se ponía de manifiesto la necesidad de que ambos, alcaldesa y obispo de aquel momento,  Pilar Zamora y Gerardo Melgar, buscaran un hueco en sus apretadas agendas y se sentaran a la mesa para encontrar una solución a la compraventa del convento de las Terreras, un edificio del siglo XV que se encontraba cerrado al culto desde el año 2008 y que la comunidad religiosa de las Madres Concepcionistas, ausentes de la ciudad desde hacía 11 años, había decido enajenarlo por un precio de 2.200.000 euros a quien estuviese dispuesto a pagarlo, apremiando al Ayuntamiento de la capital a su compra. 
Seis años después el edificio ya es propiedad municipal. Si dicha adquisición, realizada en 2023 por quien fuese la siguiente alcaldesa, Eva María Masías, fue gracias a la demanda ciudadana es una alegría haber contribuido a la conservación del antiguo convento dentro del patrimonio público municipal. La actual reparación e inversión, que no será la única por ser insuficiente, que está realizado el Ayuntamiento, dará vida y contenido al edificio y a la capital, pero también aportará valor y un futuro turístico esperanzador. No obstante, ahora, en la misma línea, de hace seis años proponemos dar un paso más a la actual Corporación, por no haberlo hecho los anteriores gestores municipales. 
El conjunto del convento adquirido se asentaba sobre una superficie de 6.190 metros cuadrados, pero solo se compró por el Ayuntamiento lo que es el monasterio y que ocupaba una parcela de 4,120 metros cuadrados. Se quedó sin comprar la parcela anexa que siempre formo parte del convento y que las monjas destinaron en su día a cocheras y trasteros de 2.069 metros cuadrados. 
A quienes negociaron y compraron por parte del Ayuntamiento y no lo hicieron en su totalidad les faltó la visión y estrategia de ciudad como ya sucedió con otros edificios que estaban cedidos y fueron abandonados. Fue un error el no adquirir la totalidad de la propiedad del convento a las Madres Concepcionistas, o por lo menos un derecho de adquisición preferente para algo que, más temprano que tarde, será necesario intentar anexionarla nuevamente al convento para futuras actuaciones. 
Hará bien el actual Ayuntamiento en completar la compra de esos 2.069 metros con una nueva adquisición municipal para, de esta manera, asegurar el futuro y garantizar la correcta y adecuada conservación del edifico histórico y que, extrañamente, quedaron fuera de la operación de compraventa solo por las razones que tenía Nicolás Clavero. Faltó la visión y se buscó la foto del momento a unos meses de las elecciones.
De haberse comprado la totalidad del convento hubiese quedado asegurado tanto el embellecimiento del entorno del propio edificio histórico como nuevos usos turísticos de mayor calado al que será destinado el edificio con las inversiones previstas este año próximo. Ciudad Real está necesitada de establecimientos históricos para alojamiento y eventos de relieve que sean un polo de atracción turística por sí mismo en un sector donde la capital se encuentra en precario por la destrucción del patrimonio arquitectónico e histórico durante el siglo XX. Sin subestimar los usos previstos en estos momentos por el Ayuntamiento, las posibilidades conjuntas del edificio y parcela anexa pueden ser mucho más ambiciosas.
Actualmente, las Madres Concepcionistas, que han estado presentes casi 500 años en la ciudad, su único vínculo con la misma es esa parcela de terreno de 2.069 metros convertida en cocheras y trasteros que fueron segregadas del edifico histórico y que les reporta una renta mensual para sufragar gastos en otros conventos. Estando ya ausentes de la ciudad la comunidad religiosa, y vendido su convento como ellas querían, esa parcela solo puede servir para añadir valor a lo que fue su casa durante siglos y por tanto no debe de presentar dificultad la negociación por parte de la actual Corporación o por lo menos documentar un derecho que permita al Ayuntamiento acceder a la misma cuando sea necesario y mientras tanto que lo sigan explotando como cocheras y trasteros hasta que se pongan en marcha proyectos turísticos más ambiciosos.
Las monjas Terreras, como han sido conocida cariñosamente la comunidad religiosa por feligreses y ciudadanos, han tenido un fuerte vínculo con la ciudad como explica Rafael Cantero en una de sus columnas también en este periódico. La Corporación municipal celebraba en su convento cada 8 de diciembre, desde 1731, el voto perpetuo que hizo la ciudad al misterio de la Concepción Inmaculada de la Virgen, decretando el Ayuntamiento la obligación de asistir en pleno a una misa todos los años en el convento de las Madres Concepcionistas. Desacralizado el convento y hoy en manos de propiedad municipal para otros usos, el voto perpetuo realizado por la Corporación, retomado nuevamente por el actual Ayuntamiento, se celebra en la SIB Catedral.