Feliz año. Los Reyes Magos recorrieron la ciudad elegantemente para disfrute de grandes y pequeños. En el último artículo, publicado el pasado diciembre de 2023, la exalcaldesa, Eva María Mesías, reivindicaba su nombre entre los alcaldes que durante décadas han trabajado por el polígono. Igualmente, el concejal de Promoción Económica de la legislatura de 2014 a 2019, del PSOE, José Luis Herrera, indicaba que las empresas interesadas en su instalación, en aquellos momentos, dentro del polígono para comprar parcelas tenían nombre y apellidos. De agradecer, a ambos, los matices. En algo, por lo menos, parece que estamos de acuerdo de forma implícita y que nadie discute: el nuevo polígono Oretania es la oportunidad de ordenación industrial de la ciudad en materia urbana que era el tema central del artículo y del que nadie ha dicho nada en contra. Ahora o nunca. Para empezar, y por comentar solo algunos aspectos del nuevo polígono, antes de pasar a otra materia, se hace necesario recordar que se inicia la construcción del mismo, y su supuesta comercialización, sin definir las infraestructuras necesarias de comunicación con la ciudad, sin tener en cuenta las desviaciones de las N430, N-420, CM412 y N-401, que convergerán con la autovía, casi con toda seguridad, en la parte noreste entre la carretera de Carrión, el polígono y la autovía. Igualmente, se inicia su construcción sin definir las conexiones con los otros dos polígonos vecinos y separados solo por la A-43, el del AVE y el actual de la carretera de Carrión. La inmediación de la autovía, que se presenta como la pieza central que justifica su construcción en ese punto intermedio entre Ciudad Real y Miguelturra, se convierte al mismo tiempo en una barrera entre los otros dos polígonos colaterales y la propia ciudad. Irremediablemente, necesitarán de conexiones entre ellos y el centro urbano. No planificar la prolongación de la avenida de la Ciencia para vehículos y peatones saltando la A-43 o el nudo de conexión de las circunvalaciones del lado norte de la ciudad con la autovía, o no conectar la actual estación de mercancías ferroviarias de Migueltrurra, a solo 1.000 metros, son solo ejemplos de la falta de ambición y planificación en la creación del polígono Oretania. Entre 2020 y 2023 se produjo la carrera de llegar a tener suelo disponible antes de las siguientes elecciones municipales compitiendo, PSOE y CS, para ofrecerlo como un éxito político. Pero, solo suelo, sin el resto de infraestructuras y sin pensar en ordenar la ciudad. Poner en el mercado un nuevo polígono sin saber cómo, para qué, ni para quién es una verdadera estupidez. Como si la oferta exclusiva de suelo fuese el polo de atracción de nuevas empresas. Nadie, en su momento, se fue a Toledo, ni a Madrid, a reivindicar las infraestructuras necesarias para el nuevo polígono porque el Plan de Modernización 2025 de la ciudad estaba en otra onda. El aeropuerto, a 15 km, tiene millones de metros cuadrados de suelo disponible desde hace 20 años en el término municipal de la capital y ni una sola empresa quiere instalarse ni regalándolo, que se lo digan a la consejera que lleva intentando vender el proyecto años. Es más, algunas empresas se marchan a otras localidades como el caso de la empresa americana Skydweller que dejó Ciudad Real para irse a Valdepeñas. Algunas lecciones deberían tenerse aprendidas. Por otro lado, el suelo sin construir en el polígono Larache, las empresas cerradas y naves en alquiler, después de más de 35 años de la creación, con parcelas aun en manos de terceros, que adquirieron, pero no construyeron en el polígono del AVE, y, la edificación de otras construcciones industriales en la periferia urbana de Miguelturrra, Carrión, Torralba, Poblete y Pozuelo, de empresarios residentes en Ciudad Real, indica que, algo no ha funcionado en el modelo y diseño de las zonas industriales de la ciudad. El viejo polígono de la carretera de Carrión, a la entrada de la ciudad, y la instalación de algunas empresas concesionarias en la vecina localidad, entrando por la N-430, junto con el céntrico Polígono de Larache, construido antes de la desaparición del ferrocarril y que se mantiene aún vivo sin una solución inmediata, son la consecuencia de la falta de orden en materia de planificación urbanística para suelo industrial. Ahora o nunca, este es el momento de conseguir que el Polígono Oretania tenga un fin concreto en la ciudad y aporte valor urbanístico. Los 500.000 metros cuadrados de suelo disponible sumados al actual polígono del Ave y al viejo polígono de la carretera de Carrión, que da acceso a la ciudad, tienen que convertirse en un área industrial que permita la ubicación de las distintas empresas que configuran el tejido empresarial del capital dotado de las conexiones e infraestructuras necesarias. Pero, es más, el polígono Oretania también es la clave para transformar la ciudad eliminando el actual polígono Larache. El nuevo espacio entre los viales de Renfe y el actual Hospital General cambiarían definitivamente la imagen de la ciudad fuera de rondas en el lado Sur. Otra actuación necesaria consecuencia del polígono Oretania que no puede pasarse por alto es la adecuación de la entrada a la ciudad por la carretera de Carrión hasta el puente del AVE. Ya propuse en 2018, en esta misma sección del diario, un bulevar para ser incluido en el plan de modernización 2025. A preguntas, meses pasados, al primer edil, un día, sobre la conveniencia de un nuevo PGOU respondía que a lo mejor con acciones puntuales de modificación se podría conseguir la solución a muchos problemas y las soluciones serían más rápidas. Ahora o nunca, se presenta una oportunidad.