Desde tiempos remotos, las personas de mucha edad han sido líderes durante años en distintas disciplinas, tanto en el ámbito familiar, religioso, como social y político. Históricamente, los mayores utilizaban toda su sabiduría y experiencia para indicar a los miembros de la tribu menos experimentados el camino a seguir y, en nuestros días, siguen quedando resquicios de ejemplos donde las personas de mayor edad continúan marcando esos caminos.
No es extraño conocer a abuelos que por diversos motivos se ocupan de sus nietos y suplen todas sus necesidades infantiles y juveniles. Igualmente los vemos en carretera conduciendo, hay quien los compara, por aquello de comparar lo negativo de su manera de llevar un vehículo con la manera en que lo hacen los jóvenes, algunos más dados a tener accidentes y a ser pillados con sustancias adictivas. Cierto que hay accidentes con personas mayores, pero según las estadísticas hay más casos de accidentes de automóvil con jóvenes que con mayores y de peores consecuencias.
Un despiste en una autovía, una conducción lenta puede ser fatal para una persona mayor y los ocupantes que vayan con él en su vehículo, también para con los que se crucen, pero un conductor ebrio, tenga la edad que tenga, su manera de conducir puede ser igual de fatal, y no sería necesario pedir el carnet de identidad para que demostrara la edad vivida, ni se le achacaría la causa de su edad por ello.
Pero otra cosa es llevar un coche y otra llevar las riendas de un país, no de un país cualquiera sino de uno de los mayores y más importantes del mundo. Los fallos de memoria, físicos, equivocaciones y decisiones importantes donde millones de vidas humanas están en juego y donde el nivel cognitivo del mandatario puede indicar que no está para tomar grandes decisiones.
Una profesión donde se valora la experiencia es la medicina, cuántos médicos hay que continúan ejerciendo muy mayores, también otros profesionales, pero no ocurre lo mismo con otros trabajos donde la exposición física es más necesaria.
Hasta ahí todos entendemos que siempre habrá limitaciones por edad, o más que eso, por estado de salud, porque siempre te sorprenden personas mayores de gran estado atlético donde el deporte y el cuidado corporal son términos importantes y hacen que aparenten menos edad de la que tienen.
Pero otra cosa es el edadismo, es decir cuando no se respeta a la persona mayor, se le insulta, incluso se envían mensajes de odio y miradas de desprecio. Desde los años 60 se utiliza este término, fue utilizado por Robert Butler, y está relacionado con los prejuicios contra las personas de mayor edad para referirse a los estereotipos injustos. Según los expertos, las discriminaciones por edad ya aventajan a prejuicios sexistas y racistas. Tanto es así que se habla de prevenir el edadismo desde el Ministerio de Sanidad. Ya hay campañas mundiales para evitarlo, miedo nos dará envejecer.