Miguel Ángel Jiménez

Comentario Dominical

Miguel Ángel Jiménez


Como un grano de mostaza

14/06/2024

El misterio de Dios es inabarcable. Lo seguirá siendo cuando estemos delante de él y lo contemplemos cara a cara. Continuará Dios siendo un amor insondable e infinito, aunque estemos inmediatamente en su presencia, sin ningún tipo de velo ni de mediación. Pero no significa eso que Dios sea complejo o conceptualmente inasumible o ininteligible. Estaremos en su presencia disfrutando de Él, de su visión, de su amor. A veces complicamos, incluso, a Dios. Jesús lo explica en el evangelio de una manera sencilla, escandalosamente sencilla, como en el evangelio de este domingo 16 de junio. Como una semilla, como un grano de mostaza. Así es el reino de Dios. Una semilla que germina, tanta potencialidad hay en ella, y va creciendo y se convierte en espiga y en grano; un grano que podrá, de nuevo ser enterrado, germinar y dar de nuevo fruto. O como el grano de mostaza: es pequeño, insignificante en tamaño si lo comparamos con otras semillas. Sin embargo, de ese grano, más pequeño que la cabeza de un alfiler, surgirá un arbusto frondoso. 
Así es la vida de la Iglesia y así debemos pensar en el anuncio del evangelio. Cuántas veces queremos y buscamos una Iglesia poderosa, que pueda enfrentarse y confrontarse con las fuerzas sociales. Lo que, según el Evangelio dará un buen fruto, duradero, profundo, de grandes raíces, será la humildad, la insignificancia incluso. Es un gran programa de vida. Tú, que eres creyente, que Dios ocupa el centro y el núcleo de tu vida: ¿qué iglesia persigues? ¿qué buscas? ¿qué pretendes? En el brillo, el esplendor y el poder no están Dios ni su reino.