Manuel López Camarena

El Yelmo de Mambrino

Manuel López Camarena


El PSo (viejo PSOE), acumula negros nubarrones

23/11/2023

Uno no es que sea contemporáneo de Matusalén y ni siquiera de la misma quinta que esa ciudadana francesa que ha cumplido 116 años hace unos días. Equiparo edades y vejeces en sexos distintos por aquello de la igualdad y el igual da, más que nada, porque servidor de ustedes casi comprende ya la necesidad, ineludible para muchos, de acatar el ordenamiento legal del que se trate en cada momento y permitir, con su ayuda y comprensión, al buen funcionamiento del invento del que, gracias a todo lo dicho y lo que me guardo, disfrutamos todos los españoles. Tampoco habría que desdeñar, ¿o ser desdeñado?, el hecho cierto, por in dubitable, de que, en España, 'mande Franco o mande el comunismo, los que barren las aceras siempre son los mismos, cosa ya harto improbable, dado que el general dobló el gorro legionario hace un siglo, aproximadamente. Pero bueno, que sí, que Sánchez, gracias a que España es país complejo tela, ha logrado que, además de la base social de la última izquierda, la de hoy, la de ahora, le vote hasta es izquierda, y más, heredera de gentes a los que no le desentonaba en las manos ni la hoz, ni el martillo, y que jamás -en jamás de los jamases- habría dado un paso, Ebro en diagonal para abajo hasta llegar a los dominios morales de Seisdedos con sierra y costa salineras, ver cualquier enciclopedia-, para, insisto, destruir España, la del orgullo y la del honor. ¡Ah!, y seguir, como siempre ha hecho una parte socializada, que no pura, de nuestra errada -de herradura en la pezuña, no de hierro en el anca- izquierda. Sánchez, el del deshonor y la bajada continuada de pantalones, ha puesto en marcha una legislatura y un camino que no sabe nadie, ni el rey de la egolatría militante, dónde y el camino por el que nos lleva.
Creo, honestamente y hasta con un poco de susto, que ni el camino será cómodo ni el destino el más agradable que se podía escoger. Pero es lo que dice la Constitución y así hay que acatarlo. Ahora, eso sí, lo tenemos que acatar todos y en toda su dureza, que la tiene. Lo que no se puede, y para esto yo no presto mis alforjas, es consagrar, como va a suceder, y lleva sucediendo desde Franco, que mimó a los catalanes más que una madre, decidiese establecer escandalosas diferencias y ello, por ejemplo: por tierra con SEAT o Repsol; por mar con las infraestructuras portuarias de que disfrutan; por aire, con grandes inversiones y dedicación a engrandecer la comunidad. 
Hoy, se ven nubarrones oscuros como el plumaje de los cuervos de la película de don Alfred. Y más. Lástima que el recuerdo del viejo PSOE, antecesor al actual PSO, sin la E de Español, no haya visto, y forzado, lo único que puede evitar los tejemanejes inmorales que organiza y ya ha empezado a aplicar Pedro Sánchez. Como imaginan, hablo de un referéndum limpio y honesto. Para esto sí convendrá traer unos cientos de inspectores, relatores y cuenta cuantos de fuera. Aquí sobran Tezanos y Bolaños, por ejemplo.