Con tanta dana y tanto dano como se están desplomando sobre nosotros y sobre nuestros vecinos de arriba y abajo y también de los de al lado, v. g., los aborígenes de Australia y los esquimales de Groenlandia, no debe extrañarnos que sobre el mundo, todo, y sobre los diferentes pueblos y razas que lo habitamos, se nos esté desplomando algo y gordo. Si no, si no fuese así, no se comprendería que por el rodar habitual de todo y todos, cada uno con sus circunstancias particulares, se nos estuviese preparando la debacle que, agorero que es uno, se adivina ya en lontananza. Porque, caso contrario, díganme cuál podría ser la razón, culpa y motivo, de que nos veamos asolados, de cuando en cuando y cada vez de menos en menos tiempo, por catástrofes naturales, de agua, hielo o fuego, que esto da lo mismo, que ponen en jaque y cuestiona la propia existencia del planeta y de las gentes que lo habitan. Y es que cuando uno, en su modestia como observador, ve lo que se ve cada día, cada mes y cada semestre, no debe por menos que ponerse a tiritar como un pollo en el plumón y sin cabeza.
Servidor, personalmente, está con el temblique desde que pelo paja Donald Trump arrasase en las primarias demócratas de la mayoría de los Estados Unidos. Y es que Donald -no sé si el Pato o un pariente-, que para colmo de males y amenazas se cree, algo así ha dicho, tocado por la mano de Dios, con su particularísimo modo de ser, podría -¡no afirmo ni quiero que lo haga!- liar una a nivel internacional que podría conducir, con menos empezaron otros, a una hecatombe irremediable con proporciones y cifras de auténtica locura. Y es que, saben, en un rato la ha liado negra, que es más que parda, con México; pincha con Groenlandia; se ve, colt al cinto, en la Luna o Marte de la mano de sus amigos muchimilmillonarios, los Musk y los menosks y demás compañeros de carrera capitalista y espacial; quiere controlar, al menos, la mitad del tráfico marítimo mundial, al querer que Panamá le entregue -el rubio habla de devolución-, el Canal para lo que debe tener listas, como Kennedy en su día, las nuevas unidades de invasión, conquista, robo y ocupación. Y así, en su mesianismo redentor, hasta ha tenido ya el primer choque público con una obispa -pentecostalista o episcopaliana-, que le leyó la cartilla sobre la planificada expulsión de cientos de miles de emigrantes. Como además quiere, por si es poco lo ya pedido o reclamado, gastarse 500 mil millones de dólares en inteligencia artificial -¿no te vale algo menos, majo?-, pues eso, que la quita TikTok a los chinos, y le cierra no se sabe bien qué grifo de petróleo a Putin, y es que a estos dos, a Trump y a Putin, se la suda el cambio climático y demás historias de miedo.
Y mientras, Pedro Sánchez, que debería ver a Marruecos ganar influencia en la zona de Canarias (España) y Azores (Portugal), que será la antesala de futuros problemas interibéricos, con sus, a veces, vergonzosos manejos, capaces de poner en peligro la unidad de España.