No pensé nunca, dada mi afición a tocar temas relacionados con Estados Unidos, que sus dirigentes, y especialmente el presidente de esa nación, la más poderosa de la Tierra desde hace siglo y medio más o menos, pudiesen llegar tan bajo, ser tan barriobajeros, comportarse de manera tan arrastrá, cual rata callejera, como acaba de escenificar el actual presidente, el payaso malvado entre todos los payasos, Donald Trump. Al señorito no se le ha ocurrido nada mejor que ofender, para mí a todas las naciones, grandes o chicas, que andan locas intentando entender lo que está pasando con los aranceles. Y como cierre de una de sus ofensivas frases, lo que suelta, este ser baboso y malintencionado, nos es otra que en la que se apostilla que las naciones le están besando el culo, y ello, supongo, que como parte de la negociación. Hombre, rubito de pelo paja, táaas pasao con la afirmación. Creo que habrá sido un desbarre fruto del fragor de la batalla, pero no creo que los países libres, hoy las mayoría del planeta, vayan a doblegarse ante ti y lo que representas, que es mucho y con frecuencia malo. No creo que puedas escapar de la trampa -¿Trump?- en la que te has metido tu solito, no porque seas hombre de paz y de concordia, que no lo eres ni por asomo, sino porque la presión de la masa social que como reacción se está formando, te obligaría a cooperar para que las cosas quedasen centradas paras todos. (Podría seguir, pero caería en el barriobajerismo -la grosería- que te he criticado más arriba… y no es por ahí).
No obstante, hay que decir que la crisis de los aranceles ha puesto al mundo, especialmente en lo financiero y comercial, a los pies de los caballos, principalmente porque siendo este tema preferido del Rubito, clama al cielo que no hubiese una carpeta con planes contingenciales para casos como este; digo que la habrá para contingencias bélicas, interplanetarias, etc. quizás las nasas y los nasos y los senos y los cosenos, al tener más o menos previsto y estudiado este asunto, hubiesen logrado desactivarlo, cosa que no está pasando y que tendrá solución a medio plazo, y ello porque Trump, como buen perro de presa, no querrá soltarla hasta desgarrarle y masticar alguna pierna o paletilla.
Al margen de lo dicho, hay que dedicarle una líneas a la alusión gubernamental yanqui al viaje a China de nuestro presidente Pedro Sánchez; viaje que ya ha recibido un no despreciable garrotazo en Washington. Y es que no ha gustado, cosa que nos alegra pero que nos debe alertar seriamente, que Sánchez/España, haya cogido el perro, la maleta y el paraguas y se haya presentado en Pekín, en busca de clientes y proveedores, que es lo que hace falta en casos como este. No le falta razón a EE. UU., ya que aunque el viaje abre un roto en el t'