Ya tenemos, los españoles y asentados, heredera directa a la jefatura del Estado, que es a nivel civil y por elección directa o indirecta, del presidente de una república, bananera o no, ya que de todo y por todas partes se puede llegar a ello. Pero España, o lo que van a dejar de ella esta partida de indocumentados y tuercebotas que dicen, y lo malo es que se lo creen, gobernarnos. Servidor, lo he confesado más de una vez y más de dos, no es monárquico, pero es mucho menos, ¡pero menos! repúblicano a la española, más que nada porque no me gustaría que a mis nietos les cayese encima el mal gobierno ejercido en las ocasiones en que el tufo propio de la aludida república -Spanish republic-, invade e infecta todo el quehacer patrio, como, insisto, ya sucedió. Y a una Constitución liberal, moderada, moderna, que abre camino para muchas iniciativas, excepto al separatismo consumado, es a la que juró lealtad absoluta la princesa de Asturias -bueno y al Rey su padre-, que, pese a su estatura, debió disfrutar como lo que ustedes quieran decir aquí, ya que no vaya yo a escribir, por ejemplo, más que un gorrino en un charco, y vaya una Belarra o una Montero cualquiera, y me busque, como se dijo siempre en el Reino de España, y aun en los abortos republicanos, las ochos horas, que podría ocurrir. 
Porque hoy, ya se sabe, es más importante el guarro ya citado, que un sabio que no piense y  sienta como el colocado de turno. Así que, lo dicho, que tenemos Princesas  heredera directa desde la llegada de los Borbones, que, tanto de caqui como de blanco, -Jura de Bandera y Jura de la Constitución- estuvo digna, natural y regia, como le exigen su origen y formación, cosa que la chusma, en todas partes hay chusma, incluido, ¿o empezando?, por el mundo de la política, digo que la chusmarreta no entienda, cosa nada extraña ni por su obsesión  republicana, ni por razones múltiples.
Pero Leonor ya está ahí, llamando a las puertas de la Zarzuela, -mejor aun, del Palacio Real-, que dado el gran trabajo de mantenimiento del conjunto, las tiene suaves y prestas para ser abiertas, o cerradas, según convenga y sea de necesidad o emergencia nacional. Y un ruego a Protocolo de Moncloa. Por lo dicho más arriba, y más, ya sabemos que una parte de las gentes de hoy no son muy dadas al protocolo y alrededores. Ejemplo: las belarras y compañía, pues presumen de no ir, de no jurar, de no…, y no saben que ante millones de nosotros, de vecinos españoles, no son nada más que daño colateral, generado y protegido por la propia Constitución, que, al igual que un bebé crecidito y ya dentado, destroza el pezón de la madre al ser alimentado. Cosas de la vida. Y el ruego: estudien las posturas -infumables y chivatas de rabioso catetismo, impropio de un presidente de Gobierno, aunque sea del PSOE, como  sucede con este elemento que, ¿dónde está la oposición socialdemócrata?, nos ha tocado, junto al perrito piloto y la maceta de la pilístra, en la tómbola. ¡Pinta de pistolero de tercera clase tienes kiki! 

P. D. Lo de Oriente Próximo, desgraciadamente, sin arreglo. El Occidente casi completo, con los EE. UU. a la cabeza, y buena parte del Oriente, han abandonado a su peor suerte al pueblo palestino. El Israel de hoy, ¿pueblo elegido?, está arrasando Palestina con la complicidad de casi todos. Están aplicando las enseñanzas nazis de Varsovia en la II Guerra Mundial. Digo que los palestinos, por su pobre patria, no se cansan de morir; lo peor del cuento, de este cruel cuento, es que Israel no se cansa de matar.