Ya lo he hecho constar, y aparecer en estas líneas, que si en la España de hoy, o en lo que están dejando de ella esta partida de facinerosos que nos traen y nos llevan, hay que modificar cosas, instalar nuevos hábitos, cambiar itinerarios y metas nuevas, etc., para que, de una vez por todas, dejemos de vernos obligados a soportar determinados espectáculos, que a nada conducen y que sólo consiguen tensar la cuerda de la situación en cada caso y momento. Viéneme al pelo -ese que ya no tengo- esta reflexión, a la vista del tristísimo espectáculo que nuestra clase política en general, unos días unos y otros unas y siempre casi todos, están ofertándonos con motivo de la nueva crisis gestada, esta, en los entornos de Ferraz, como otras veces la gestación, que suele ser, mientras no se disponga otra cosa, de más larga duración que muchas cosas de la vida, lo fue en los entornos de Génova, amén de otras gestadas y paridas, en entornos de la Generalidad o de Ajuria Enea.
Con la pandemia por Covid-19, ya se habló de cosas raras, que no de tierras raras. En según qué conversaciones, salían a escena, casi siempre, temas y casos en los que altos funcionarios, gente con mando, socios nuevos para el mundo de las puertas giratorias, que, ya se sabe, son antesala de paraísos de todo tipo, menos celestiales. Se supo, mal sabido y convenientemente trajinados, que es como nos llegan las cosillas hoy, que unos y otros, hay que suponer que más los que estaban cerca del poder que los que no, entraron en la dinámica del trinca, blanquea y guarda, que no es mala táctica cuando ha lugar. Se habló de empresas y organismos varios, Puertos del Estado por ejemplo, y las cosas, bastante teníamos los españolitos de a pie con intentar no morirnos, y, como se ve, en el escándalo de estos días, se vuelven a oír nombres, cantidades, protagonistas, etc., y casi siempre los mismos. Pero España, completa o hecha cachos, que es como las va a dejar al PSOE tras su nunca bien ponderada etapa de gobierno, no sólo no necesitaría menos escándalos y menos batallas, sino que con si pudiésemos pulir un poco a unos cuantos miles de los integrantes de listas, y meterle a presión en el coco otra manera de expresarse y actuar.
Estos días, toca al PSOE ir al foro a defender al señoriíto Ábalos y, de paso a atacar al PP, que por una vez no anda de follón, guirigaña y pelea. Estamos viendo enviados de Ferraz, incluidos plumíferos conocidos, dedicar 70-80 partes de su tiempo a atacar al PP y casi pasar por alto lo de Ábalos. Una vergüenza, pero así vamos funcionando. Debería haber un VAR político para cortar de raíz esta tomadura de pelo, porque las cosas, tal y como están hoy, son algo que ensucia la política sana y la democracia. empezando por el mudo Sánchez.