Con los embalses llenos como muchos no los habían visto jamas, por ejemplo los de Entrepeñas y Buendía ninguno que tenga de 28 años para atrás, y superada la zozobra de la inundación, ahora queda evaluar daños, restañar destrozos y restaurar el Puente Viejo de Talavera, sería un buen momento para reflexionar sobre lo vivido y lo por vivir.
Lo primero que hay también que hacer es felicitar al presidente de la Comunidad, los alcaldes, al de Talavera, claro, al de Toledo y a tantos otros, por haber estado dónde y cómo tenían que estar. Pero además, y también, por la lección que han dado de dejar siglas a un lado y unir fuerzas y esfuerzos en lo que importaba de verdad. Algo que debía ser lo normal, pero lo cierto es que hasta sorprende, pues vivimos ya tan metidos en la sinrazón, que lo razonable nos deja asombrados.
Las palabras de unos y otros, y de Feijóo que se acercó también por aquí, han tenido mesura e interés, mas allá de la declaritivitis habitual, y han ido a lo debían de ir.
El asunto del agua es algo que lleva mucho tiempo con mucho griterío y poca solución, y si algo está claro es que lo que necesita son mas obras y menos proclamas. De hecho si los daños no han sido lo que pudieron ser en las riberas del Tajo y desde la propia capital mucho tienen que ver con las obras que justo al comenzar el siglo se pusieron en ejecución y han resultado salvadoras en esta ocasión.
El abordar de una vez por todas los problemas y dejarnos de gaitas, es perentorio. Para empezar y como primera medida, al alcance y para lo que solo hace falta voluntad y decisión, y ahí ha de entrar por obligación la Confederación Hidrográfica, esta lo de limpiar y dragar si es preciso lo que lleva ya demasiado tiempo dejado de la mano, de Dios no lo sé, pero de la del hombre, sí. Luego pero pronto hay que meterse con lo de asegurar, encauzar y salvaguardar las poblaciones cercanas no solo a las vías fluviales principales sino también afluentes, ramblas y barrancos. No es mala tarea y esa bien estaría que se situara como una de las tareas importantes que planificar y ejecutar.
Pero como bien se dijo, a España le está haciendo ya con urgencia un Plan Hidrológico Nacional y retornar al concepto del agua como un bien común de todos los españoles. Y eso va por todos y para todos y para los castellano manchegos también. Así que, por supuesto, hay que hablar de nuestros grandes pantanos de cabecera, Entrepeñas y Buendía, conectados entre sí y con el agua fluyendo del primero hacia el segundo algo que no había sucedido nada menos que desde el año 1998. Todo un alegrón.
Cuando escribo esto el agua almacenada en Entrepeñas ha superado ya los 700 hm3 y el 85% de su capacidad y puede que se acerque al 90% porque hay mucha escorrentía por llegar antes que empiece el estiaje. Buendía por su parte, esta también muy próximo a esa cantidad de agua, 680 hm3 pero siendo sensiblemente más grande su cabida aun anda llegando al 40% de su capacidad. Vamos que este año por agua no va a ser.
Pero ni es cuestión de afrontar estas cosas con euforia cuando se está a rebosar, ni es de recibo que haya que medir el asunto tampoco cuando las reservas sean escuálidas. Precisamente, la clave de acabar por consensuar algo razonable, está en establecer de común acuerdo esa cantidad mínima a partir de la cual se trasvase o se deje de trasvasar agua a la cuenca del Segura. Con la excepción de si es por necesidad para el consumo, que esa es otra cuestión. En ello es de lo que se debe hablar, debatir y, asesorados por científicos y técnicos, a la postre conseguir acordar volumen y condiciones y respetarlo todos después. Mas allá de quien gobierna aquí o quien gobierna allá o de que color son
Mis paisanos de Guadalajara se me pueden enfadar por opinar así. Pero lo he hecho y dicho siempre, y no lo voy a dejar ni de hacer ni de decir. Ni los pantanos ni los trasvases son satánicos ni franquistas. De los romanos hasta hoy, pasando por Indalecio Prieto, el de la II República, son obra portentosas de la ingeniería, y el genio humano que han contribuido al desarrollo, el bienestar y la prosperidad. Son mas pertinentes los de aguas sobrantes en el tramo inferior de los ríos, como lo era el frustrado del Ebro, que los de cabecera. Eso bien claro está, pero habrán de saber que estos embalses nuestros se construyeron con la hice de posibilitar lo segundo, el trasvase al Segura. Se hicieron con dinero publico o sea el que es de todos los españoles y que sí tiene dueño y quienes lo tendrían que cuidar y no corromper.
Ambos, pantanos y transvase están ahí. Necesitan mejoras. Una la urgente revisión y actuación en el largo caz de conducción para que no se perdiera tanto líquido en el camino. Pero no creo que el trasvase deba eliminarse. A eso no me voy a apuntar, aunque se que es muy popular, populista diría yo mas bien. No estoy en eso. Ni en la idea tribal que el agua es mía porque pasa por aquí. ni creo que quien ande diciendo que tiene como base y sentir el ser ciudadano en igualdad de una misma nación, puede luego salir con que el agua es nuestra, de esta Comunidad, por cierto nacida, la Comunidad Autónoma, bastantes años después de que existieran pantanos y trasvases y cuando Albacete y Murcia se conjugaban juntas y nosotros Toledo, Ciudad Real, Cuenca y Guadalajara lo hacíamos con Madrid y nos llamábamos Castilla la Nueva. Lo de todos manchegos ha venido ya después.
Pues eso, que me daría mucha pena que en esto del agua alguno se pusiera a hacer el nacionalista y el Puigdemont.