Amigo Sancho, espero que al recibo de ésta te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
En efecto, malos son los tiempos que corren en el seno del Club Deportivo Manchego después de empatar el pasado domingo en el campo del Cazalegas. Es verdad que, como dice el tópico, fue en el último segundo y de penalti, posiblemente, injusto, pero no es menos cierto que los encuentros duran hasta que el árbitro decreta el final.
Una vez más el Manchego perdió puntos en el último suspiro del partido y en las 6 jornadas disputadas el balance es de una victoria, dos empates y tres derrotas. Cinco puntos que deben hacer reflexionar a junta directiva, cuerpo técnico y plantilla, pues es difícil salir de un bucle de malos resultados.
En reiteradas ocasiones, ya he dicho que los futbolistas se matan en el campo, pero teniendo encima de su cabeza la espada de Damocles, como es la de cometer algún fallo que prive a su conjunto del triunfo. Eso provoca que el conjunto pueda estar nervioso, tenso, avinagrado, sin tener esa confianza tan necesaria. Sin querer ser reiterativo, cuando los futbolistas salen al campo lo hacen con toda la ambición del mundo, pero cuando los resultados no acompañan aparecen los fantasmas.
Espero que la llegada del nuevo entrenador sea una inyección de moral y se encuentren soluciones, pues esas dinámicas se pueden romper con confianza , trabajo y tesón.
Desde mi particular ventana, quiero transmitir ánimos e ilusión a la plantilla, porque he visto muchos partidos de fútbol, y en muchas ocasiones cuando más difícil estaba todo, se reconduce el rumbo. Ánimo y este sábado a ganar al Marchamalo.
Bueno Sancho, nada más por hoy. Recibe un abrazo de éste tu amigo que lo es.