Decíamos días pasados, y a propósito de la declaración de Nicolás Maduro de fijar el 1 de octubre como comienzo oficial de la Navidad en Venezuela, que todo es empeorable. Y más. Como esa pretensión de retorcer el calendario, a gusto y manera, en países con formas de convivencia autocráticas, que a la postre queda justificado el referido trasvase de fechas, por mor del personalismo en las maneras de gobernar (¿…?) e imponer gestos y actitudes. Yo, me, mi, conmigo. 
Pero vemos que ese mal –del calendario alterado y retorcido– ocurre en terrenos menos propicios al esperanto temporal y al espanto cuasi democrático. Ahora, entre nosotros, ha saltado el adelanto –no electoral sino festivo e iluminado al máximo– que se repite de forma anual, en una rara competición por ser el primero en tocar la campana de bronce y el botón del encendido automático. Campana de Noel, de la iglesia de la Natividad o del Buen Pastor, y botón que ilumina la Galaxia Caballero, que suplirá a la perdida Galaxia Gutenberg o Galaxia antañona de Navidades pautadas y ajustadas al calendario de siempre. Ahora, el primer regidor de Vigo, Abel Caballero –el de Galaxia iluminada como un espectáculo de luz y sonido de cierto supremacismo iluminado y arbóreo vigués– nos avisa, como un raro sortilegio gallego –en el año del centenario de la publicación de Luces de bohemia y en el momento preciso de la muestra en el reina Sofía de Esperpento– que 'la Navidad ha comenzado en Vigo'. 
Cosa que ya venía ocurriendo aceleradamente con las Loterías del Estado, que comienzan en el mes de julio –plena canícula y pleno sofoco– la venta de décimos del Sorteo Extraordinario de Navidad, y que adquiere plena forma y plena evidencia en estos días, con la promoción del reportaje publicitario de las mismas loterías, rodado en Vigo, en el bar Robles, para dar continuidad al iluminado Abel Caballero y para enfatizar el lema 'Compartir es extraordinario'. También con el spot –no menos ideológico que la fraternal lotería solidaria y hermandad– de Amazon –por si hubiera dudas del envío y sus fechas punta en las factorías y dependencias– de que la Navidad se toca en sus cajas y envíos, otros, como los turroneros alicantinos y estepeños, los bodegueros manchegos y los jamoneros extremeños, dirán que la Navidad se huele, se bebe o se mastica. Por ello, conviene anticiparse en pedidos y evitar demoras y esperas. Como hacen ya supermercados, hipermercados, abacerías y figones. Vender anticipado y soñar en vísperas.