Si hay un colectivo en España independiente ese es el de los jueces. Han absuelto y condenado, sin distinguir el color político de las personas que se sometían a su juicio. Por culpa de muchas condenas de este tipo los partidos políticos han perdido elecciones, o visto desde la cara B, las han ganado. Han condenado a los partidos en el caso Filesa por ejemplo, siendo secretario general del PSOE D. Felipe González. Había que tener valor para entrar en las oficinas del PSOE a practicar diligencias, a recibir declaración a ministros, a otros jueces, a condenar al director general de la Policía y de la Guardia Civil, o a la directora del Boletín Oficial.
Pero también han condenado a miembros del PP, gente cercana a Aznar y a Rajoy, cuando estos nombraban también a los directores de la Policía de la UCO, del CESID (hoy CNI), han condenado a ex presidentes de Comunidades Autónomas también del PP, y de todos los partidos políticos.
Los jueces han demostrado su independencia cualquiera que fuera la tendencia política que tuviera el justiciable. Esta situación nos está diciendo que hay un colectivo que forma el tercer poder que lucha por ser imparcial, sin obedecer órdenes de nadie. Es cierto que los políticos han designado jueces para distintos cargos que podrían corregir sentencias de primera instancia, pero aún así, en las instancias superiores también se han mostrado independientes. Ahí están.
No me gusta el peloteo, pero este artículo viendo el panorama nacional, se lo debía. No me quiero olvidar de los Fiscales ni de los funcionarios, ni siquiera de los Letrados de la Administración de Justicia. La gente que no cree en la justicia está completamente equivocada. Llega tarde a veces pero siempre llega.
Me repugnan los programas en los que una persona que ha sido condenada o absuelta se mete contra quien los ha condenado. Hay una primera instancia tanto en lo civil como en instrucción, y después 3 jueces en la Audiencia pueden corregir un error, que como humanos que son, a veces cometen. Luego está el Tribunal Supremo que son 5 en Sala, y corrigen a los que corrigen. No está mal.
Un juez recibe una demanda o una denuncia, lógicamente dictada por el que tiene interés en defender al cliente, pero luego recibe una contestación, y se ve la otra versión, practica pruebas y escribe una conclusión en primera instancia. Más tarde, el que pierde puede recurrir, y vuelven a leerse las críticas, -jurídicas casi siempre-, de quien ha salido perjudicado en su sentencia, y los propios jueces de primera instancia se leen la sentencia que ponen los tribunales superiores. Es un ejercicio brutal de lógica, de sentido común, de aplicación del derecho, y todo eso durante años y años. Si un jugador de baloncesto se pone a tirar balones a una canasta durante años, adquiere destreza y encesta más conforme gana experiencia. Si alguien toca la guitarra todos los días termina tocándola bien.
Si no existieran, -como en España que no hay una verdadera división de poderes, ya que el legislativo nombra luego al ejecutivo-, estaríamos indefensos. Pero los políticos saben que sus decisiones van a ir a la lupa judicial. Por eso también se moderan, aunque a veces se salten la valla.