Miguel Ángel Jiménez

Comentario Dominical

Miguel Ángel Jiménez


Contra las fuerzas del mal

21/06/2024

Por cómo explicamos nuestra realidad, por cómo muchas veces nos sentimos, parece que las fuerzas del mal nos arrastrarán indefectiblemente y, por supuesto, sin atisbo alguno de misericordia. Esclavos de nosotros mismos y de fuerzas ciegas.
En el evangelio de este domingo, Jesús va con sus discípulos a la otra orilla. Es el terreno de los paganos, de los alejados de Dios. No solo eso, para el mundo judío era el lugar del mal. Pasar a la otra orilla era ir al territorio en el que Dios no habitaba. Es el milagro de la tempestad calmada porque Dios tiene poder sobre el mal. 
No vivimos en un mundo maniqueo en el que el mal y el bien se estén enfrentando en igualdad de condiciones. «El bien triunfará» lo dijo hace unos meses, sin atisbo de duda, una misionera de nuestra tierra: María José Carrero. Y no es que el bien triunfe después de luchar; es que el bien ya ha triunfado en Jesucristo y se va a ir manifestando progresivamente en nuestras vidas y en nuestra historia. 
Para vencer el pecado, el mal, la muerte, no debemos tener miedo. Al contrario, nuestra vida será la de aquellos que confían en Dios, que saben y reconocen que en sus manos están los destinos de todo: «¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?». Es la respuesta de Jesús ante los discípulos asustados ante la tempestad: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?». Claro que le importa: ha entregado su vida por nosotros. 
Sin miedos, con confianza. En las manos de Dios están todos nuestros azares.