Leo con la avidez de cualquier ciudadano que quiera estar informado el «balance» del primer año de gestión del nuevo alcalde de Toledo, publicado en el diario La Tribuna de Toledo. De la lectura  se deduce  que el alcalde, o alguien en su nombre, confunden el significado del vocablo «balance» con la palabra «intenciones». No calificaré sí son buenas o malas, pero cuentan los teólogos, que de estos asuntos saben más que los laicos, que el Infierno está empedrado de buenas intenciones. Las malas sencillamente las desechan, que así son los diabólicos gestores del Infierno. El Sr. alcalde ha hablado de lo que hará en los próximos años – intenciones - y ha obviado lo que se ha hecho este año, calificándolas de «ocurrencias» de los socialistas o lo que la representante de Vox llama  «sanchismo». 
Lo que parece cierto es que  se quieren ocultar los proyectos que se están ejecutando en estos meses, dejados por el anterior gobierno del PSOE. O se les desprecia con la denominación de «ocurrencias» en versión PP, o en versión Vox, «sanchismo». Malos comportamientos que denotan o mala voluntad o estupidez voluntaria del nuevo equipo de gobierno, al negar lo que es evidente. Una ocurrencia o sanchismo ha sido recuperar, tras años de abandono y desidia, los primeros vestigios visigodos (que tanto gusta a la derecha para hablar de la unidad de España) de Vega Baja. Porque ahí están ya, aflorados y rodeados de un parque de belleza compleja. ¿Continuarán con las siguientes fases de descubrimientos de restos que contemplaban las ocurrencias o el sanchismo del PSOE? ¿O se han olvidado de Vega Baja y volverá el erial que se había empezado a interrumpir?
El viernes, 21 de junio, de 2024, el alcalde y autoridades varias, inauguraban  con ampulosos discursos la ocurrencia o sanchismo, denominada Corral de Don Diego. Tras siglos de deterioro y abandono, tras diversas tentativas fallidas de gobiernos municipales anteriores, el gobierno socialista de los últimos años impulsó el proyecto de recuperación que al Sr. alcalde actual de Toledo le ha permitido el acto de inauguración. Le han echado al asunto mucho ruido institucional – ha sido una obra de todos – para felicitarse unos a otros, menos a los auténticos promotores de la recuperación a medias del citado espacio. Todavía son necesarias diversas actuaciones para tener completado el valor real y urbanístico del lugar. Por cierto, ¿revisarán las viviendas, un autentico pegote sin gracia y estilo, situado en ese espacio excepcional? O como han anunciado, para ocultar la realidad de la chapuza, se convertirán en viviendas que ya se verá quienes ocupan. No vendría nada mal que, de paso, alguien explicara por qué estas viviendas se pararon hace  algunos años. 
Pero continuemos con la relación de «ocurrencias o sanchismo» que este año tan aciago, ha inaugurado o inaugurara el Sr. Alcalde: la mejora evidente del Puente nuevo de Alcántara, las obras del Polideportivo del parque Tres Culturas, la remodelación del Mercado de Abastos, el arreglo de la calle de los Descalzos (tan deteriorada) o la conexión de entrada de la Avd. de Madrid con la glorieta del Salto del Caballo. En fin, algunas «ocurrencias» o «sanchismo» que habrán mejorado sustancialmente la ciudad. Admitir que la herencia recibida  habrá resuelto varios de los cuantiosos problemas que tiene la ciudad  sería un acto de nobleza que contribuiría a despejar la fanfarria populista que adornan los discursos del actual equipo mixto de gobierno municipal. En cuanto a las intenciones para los próximos años, tiempo habrá de comprobar si formarán parte del empedrado del infierno o de la mejora de la ciudad de Toledo.