La ultraderecha busca su hueco

Agencias-SPC
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Las posiciones más radicales han conseguido entrar en varios Gobiernos y amenazan con seguir acumulando poder

La ultraderecha busca su hueco

Hace 23 años, en Austria se formó un Gobierno de coalición que incluía un partido ultraderechista, el FPO. Con su casi 27 por ciento de votos, se convirtió en la segunda fuerza y fue socio obligado para que el conservador OVP pudiera formar un Ejecutivo. Entonces, la UE, integrada por 15 Estados, impuso sanciones al país. Ahora, más de dos décadas después, la extrema derecha ha ganado peso en todo el bloque, liderando varios Gabinetes de los Veintisiete o formando parte en alianzas gubernamentales. Es más, también está presente en el Parlamento Europeo y cada vez gana más peso en muchos países, principalmente después de la crisis de refugiados de 2015, cuando comenzó el auge en buena parte del grupo comunitario.

1. Italia

Uno de los fundadores de la UE cuenta desde el pasado octubre con su primera jefa de Gobierno de una formación ultraderechista, Giorgia Meloni, de Hermanos de Italia, un movimiento heredero del fascismo. 
Si bien Meloni se ha convertido en la primera extremista en dirigir el Ejecutivo de Roma, ya antes la radical Liga de Matteo Salvini formó parte de un Gabinete de coalición con otra formación populista, el M5S. Además, el partido de Salvini también estuvo en el Gobierno de unidad nacional liderado por Mario Draghi y que estuvo conformado por casi todo el espectro político italiano, a excepción de los de Meloni, que supieron, precisamente, aprovecharse del desgaste del resto de formaciones en esa inédita alianza. Y ahora la Liga también está metido en el tridente que gobierna en el país transalpino, del que también forma parte el conservador Forza Italia del recién fallecido Silvio Berlusconi.

2. Hungría

Desde 2010, la ultraderecha gobierna en Hungría y en este caso, la Unión Europa sí ha tenido que tomar medidas de represalia ante la deriva autoritaria emprendida por el Fidesz de Viktor Orban. 
Orban se ha erigido como el gran protector de la cultura europea, el cristianismo y la familia tradicional. Con el paso del tiempo, ha ido modelando el sistema a su antojo, con la aprobación de una nueva Constitución, hasta el punto de que el Parlamento Europeo ha calificado a Hungría de «autocracia electoral».

3. Polonia

En el caso de Polonia, el partido Ley y Justicia (PiS) ha experimentado una trayectoria similar a la de Hungría, evolucionando desde el centro hacia la extrema derecha. Tras una primera etapa en el poder entre 2005 y 2007 en coalición con dos partidos aún más radicales, el PiS volvió al Gobierno en 2015 y desde entonces algunas de sus medidas, como las relativas a la independencia de los jueces, les han puesto en colisión frontal con Bruselas.

4. Letonia

La coalición de Gobierno del primer ministro, Krisjanis Karins, cuenta entre sus cinco miembros con el partido Alianza Nacional, de corte ultraderechista y que ha estado en todos los Ejecutivos desde 2011.

5. Finlandia

El último caso de éxito de un partido de extrema derecha ha sido en Finlandia. Tras las elecciones del pasado 2 de abril, el Partido de los Finlandeses se convirtió en la segunda fuerza más votada y ha entrado a formar parte de un Gabinete de coalición encabezado por los conservadores de Petteri Orpo y en la que también están los cristianodemócratas. 

6. Suecia

Demócratas de Suecia ha venido experimentando un respaldo en ascenso, hasta convertirse en el segundo partido más votado el pasado mes de septiembre, lo que le ha convertido en clave para la gobernabilidad del país. Eso sí, con un apoyo externo al Ejecutivo en minoría que lidera el conservador Ulf Kristersson. 

7. Alemania

Es la primera potencia de la UE y en todo momento ha imperado el cordón sanitario a la ultraderechista AfD, que ha conseguido representación parlamentaria en prácticamente todas las regiones y llegó a entrar en el Bundestag en 2017, cuando obtuvo un 12,6 por ciento de los votos. Sin embargo, en todo momento los principales partidos, la conservadora CDU y el socialista SPD, han optado por pactar entre ellos para evitar su entrada en cualquier Gobierno. Creada en 2012 como un movimiento antieuropeo, ha ido radicalizando su discurso en los últimos años, principalmente con posiciones contrarias a la inmigración. 
Las últimas encuestas la sitúan como la segunda fuerza, con el 18 por ciento, y por delante del SPD del canciller, Olaf Scholz. Ante esto, el líder de la CDU, Friedrich Merz, aseguró que, mientras siga al frente de los conservadores, no pactará con la AfD, a la que tildó de «partido xenófobo y antisemita».

8. Francia

El Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen fue durante mucho tiempo el espejo en el que mirarse para muchos partidos de extrema derecha. En 2002, consiguió pasar a la segunda vuelta en las presidenciales, pero la unidad de los conservadores y la izquierda evitó su victoria. Lo mismo ha ocurrido con su heredera, Marine, quien ha mejorado los pasos de su padre, pero a la que también se le ha impuesto un cordón sanitario para evitar que los radicales tomen el Gobierno.
Eso sí, fue la fuerza más votada en las europeas de 2014 y ahora es el principal partido de la oposición en el Parlamento galo.

9. Portugal

También en el Parlamento luso hay representación de los ultras, en este caso con Chega, un partido creado en 2019 que se convirtió en el tercero del Hemiciclo tras las elecciones de 2022.

10. Grecia

Tras la ilegalización de Amanecer Dorado -de ideología neonazi y que llegó a ser tercera fuerza-, la ultraderecha continúa en el Parlamento con Solución Griega, que ha cogido el testigo y ha conseguido representación tras las últimas elecciones del pasado junio.