Caserío y Alarcos disputan este domingo (12 horas, Quijote Arena) un derbi local cargado de alicientes deportivos y de trascendencia competitiva. No en vano, los dos equipos de Ciudad Real están inmersos en la lucha por evitar el descenso. Así pues, se pondrán en juego dos puntos casi imprescindibles para seguir aspirando a pasar el corte de la primera fase, y trascendentes en el caso de que los dos compartan grupo en la segunda mitad del curso.
Tras el 25-29 que le daba la victoria al Caserío en el partido que abría la temporada, con el duelo de este domingo se inaugura una segunda vuelta que los de Santi Urdiales y los de Isidre Pérez afrontan empatados a seis puntos, a tres del corte para poder acceder al selecto grupo de equipos que jugarían por el ascenso.
Después de aquel primer derbi en Plata disputado en septiembre y que congregó en el Puerta de Santa María a cerca de 2.000 personas, la expectación para este choque vuelve a ser máxima, con una rivalidad entre dos plantillas en la que ya son numerosos los jugadores que han defendido ambos escudos.
Óscar Ruiz, atento a un ataque del conjunto rival. - Foto: Rueda VillaverdeUno de ellos en Juan Lumbreras, bastión en la defensa del Caserío y excapitán del Alarcos. El pivote asume que este partido será «un duelo directo por la salvación» que encaran «con ganas y confianza». Sin embargo, reconoce que durante esta primera vuelta recién concluida «hemos demostrado que podemos ser el mejor equipo y también el peor». Una «incógnita» que confía en despejar de manera positiva mostrando la mejor versión, como hizo durante muchos minutos en su último empate contra Málaga.
En la portería del Alarcos se colocará Óscar Ruiz, formado en Marianistas y exjugador de Caserío. El guardameta le resta importancia a la abultada derrota encajada en Barcelona y defiende que «anímicamente nos hemos repuesto bien y no nos debe afectar en el derbi», un partido «emotivo e importante», aunque Ruiz se niega a definirlo como 'decisivo' en las aspiraciones alarquistas. «No hay que sobredimensionarlo porque esto es muy largo y hay que ir semana a semana», afirma el portero, que espera ver otra vez a muchos aficionados en las gradas, algo que «sería muy positivo para el balonmano de Ciudad Real».