Óscar S. I. confesó finalmente haber matado a su abuela ante las contradicciones en las que cayó durante sus primeras declaraciones ante la Guardia Civil. Así se ha constatado después de escuchar el testimonio de los agentes que intervinieron en la investigación de la muerte de una mujer de 63 años en Malagón en enero de 2022. Y lo hizo de un modo "tranquilo, sereno y sin arrepentimiento", según el jefe del operativo, que relataba que en un primer lugar el acusado se refirió a que había visto a una tercera persona sospechosa salir del portal, después que la muerte de su abuela fue fruto de una caía accidental, y por último que la había matado él a golpes con un objeto contundente, un busto de cabeza de perro que envolvió en un calcetín y que después arrojó a un contenedor cercano.
Así se ha puesto en evidencia en la segunda sesión del juicio con jurado popular que acoge la Audiencia Provincial, en la que, además, los agentes que inspeccionaron la escena del crimen intuyen que la víctima murió por un ataque "sorpresivo, con un arma corta y con ensañamiento", y que ese ataque lo habría protagonizado una persona muy cercana a su entorno porque no se encontraron visos de pelea en la vivienda ni la entrada forzada. "Es la escena más clara que habíamos visto nunca, con la víctima en el suelo con la cabeza en un charco de sangre y toda la sala en orden, y sus zapatillas de estar en casa juntas en la puerta", describía uno de los agentes del Laboratorio de criminalística de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial, que insistía en que el agresor actuó bajo un "ataque de ira", concentrando un gran número de golpes en la misma zona de la cabeza de la víctima, cuando ésta estaba ya en el suelo, provocando la desfiguración de su cara y la fractura del cráneo.
La de este martes ha sido una sesión especialmente dura para los integrantes de la sala, sobre todo para los nueve miembros del jurado popular, pues se han expuesto imágenes muy impactantes del estado en el que quedó el cuerpo de la fallecida. Una secuencia que el acusado ha seguido sin mirar a la pantalla, con la cabeza gacha e inexpresivo.
Momento del testimonio de uno de los agentes de la Guardia Civil. - Foto: Jesús Monroy
Lágrimas de la madre del acusado
También ha declarado esta mañana la madre del acusado e hija de la finada, que confirmaba que su hijo mantenía una buena relación con su abuela, hasta el punto de afirmar en la sala, y entre sollozos y lágrimas, que "su madre era ella, no yo". Ana Belén explicaba que su hijo nunca había sido una persona conflictiva hasta que empezó a consumir drogas. En los últimos meses él le había referido que "no estaba bien", que le dolía mucho la cabeza. "Mi hijo la quería mucho", repetía llorando, ante la pregunta de si él hubiera sido capaz de haberle hecho daño a su abuela en condiciones normales. Una buena relación entre acusado y víctima que también corroboraba su tía Estíbariz.
La tía del acusado e hija de la víctima, durante su declaración. - Foto: Jesús MonroyEl conflicto entre abuela y nieto habría surgido un día antes de los hechos juzgados, según el visionado del teléfono móvil de la sexagenaria. Según explicaban los miembros del operativo de investigación de la Guardia Civil, en las conversaciones de wasap entre ambos se podía advertir que la víctima le reclamaba a su nieto una deuda de 200 euros que le había prestado y, sobre todo, la desaparición de dos teléfonos móviles, especialmente uno de ellos. "Se escribían todos los días y quedaban para comer, pero después se cortó esta interacción", explicaba uno de los agentes.
Era consumidor, pero solo de cocaína y moderado
Otra de las circunstancias que han quedado probadas en la sesión de este martes es que el acusado, en aquella época (enero de 2022), era "consumidor repetido de cocaína", pero con un "consumo bajo", según las facultativas de Toxicología que analizaron el cabello de Óscar, que también negaban que se hubieran encontrado restos de otro tipo de droga como la heroína, que sin embargo el imputado sí aseguró que había consumido el día del crimen.
El juicio que sienta en el banquillo a este joven de Malagón se reanudará este miércoles y está previsto que ya el jueves el jurado tenga en su poder el objeto del veredicto, comenzando así la deliberación. La Fiscalía pide una pena de 25 años por asesinato con agravante de parentesco. Él acusado sostenía ayer que no recuerda nada de lo que pasó dentro de la casa de su abuela aquel 24 de enero.