Menos divorcios pero más litigios entre exparejas

Hilario L. Muñoz
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Los procedimientos para modificar medidas, entre ellas la pensión alimenticia, aumentan por la subida de los precios

Menos divorcios pero más litigios entre exparejas - Foto: Alberto Rodrigo

Los divorcios marcaron el pasado año la segunda cifra más baja de la última década. Solo el año del COVID, con los meses de confinamiento, hubo menos rupturas de parejas en la provincia de Ciudad Real. Se trata de un dato que marca un punto de inflexión sobre un cambio generacional, la subida de precios y el boom de los divorcios que hubo después de la pandemia, aunque en Ciudad Real, no fue tal y se quedó en datos similares a los que había antes del coronavirus. El año pasado hubo 736 divorcios.

La crisis de precios es una de las posibles claves detrás de estas rupturas, con solo 188 divorcios que tuvieron que pelearse en los tribunales, ya que no hubo acuerdo entre las partes. Supone apenas el 25%, en el dato más bajo de la última década. 

Una segunda clave es que se mantiene una tendencia que ya se vio tras el COVID y es la ruptura de los matrimonios más longevos, manteniéndose en cifras altas, por encima del 66 por ciento, mientras que son menos de un 2 por ciento, los matrimonios con poca duración, menos de dos años, que se rompen. 

«Efectivamente, hay menos divorcios, pero entre la población joven, con menos de 40 años, sin embargo, entre los mayores de 50, no hemos experimentado descenso sino un ligero ascenso», indicó el abogado Juan Carlos Rodríguez-Bobada, quien cree que quizás sea una muestra de un cambio generacional o pensamiento de las mujeres nacidas en los 60, quienes desdeñan el miedo a la dependencia económica, respecto a generaciones anteriores.

Ciudad Real es la quinta provincia de toda España en la que más caen los divorcios durante el año 2022, con un 17 por ciento menos, respecto al año 2021. Solo Almería, Guadalajara, Orense y Palencia tuvieron una reducción mayor. La caída es general, con un 7 por ciento de descenso en el conjunto del país. 

Otro aspecto que marca las cifras del año pasado es que apenas, se plantean las separaciones en las parejas. Solo hubo 26 tramitadas en los juzgados, el menor dato, incluso más bajo que en los años del COVID.

Más litigiosidad. El hecho de que haya menos divorcios no implica que haya menos asuntos a tratar en el ámbito familiar. De hecho, hay un incremento debido a los Procedimientos de Modificación de Medidas. «Aunque hubiesen bajado los divorcios, la litigiosidad ha aumentado entre los ya divorciados, más aún entre la población joven» que buscan modificar las medidas inicialmente establecidas en el divorcio. 

Sobre todo, se quieren actualizar las pensiones de alimentos de los hijos conforme al encarecimiento del precio de la vida, «así se llega incluso a solicitar por parte de los progenitores varones, en su mayoría, procedimientos de custodia compartida en los que, en principio, desaparecería la pensión alimenticia». Se trata de una litigiosidad que surge ante el encarecimiento del coste de la vida, la subida del IPC y las peticiones para adaptar pensiones y demás cuestiones que hay tras un divorcio a estas nuevas situaciones económicas.