Principios de septiembre. El reloj marca la medianoche. Una quincena de operarios y trabajadores se agolpan alrededor de una arqueta en la ronda de Calatrava. Ciudad Real muestra el silencio que sólo tienen algunas capitales de provincia cuando duermen. Únicamente se escuchan los ruidos propios de estas preparaciones: pitidos electrónicos, argollas, el plástico cuando se arruga al ponerse y la prueba de algún walkie-talkie.

Exhiben una metodología cuidada y eficaz. Cada integrante sabe lo que tiene que hacer. Se va a llevar a cabo una inspección con drones autónomos en los diecinueve pozos del colector central del tramo urbano de la ciudad. Antes, estas operaciones se hacían con pértigas que tenían una cámara en su vértice, o a pie si se podía. Ahora las harán una especie de abejas electrónicas con sensores que cuestan miles de euros.  Yolanda Torres, concejal de Urbanismo, y Miguel Hervás, concejal de Obras y Movilidad, hablan con María García Rogado, gerente de Aquona, empresa pública encargada de la red de agua de Ciudad Real.

Algunos de los trabajadores llevan un EPI y recuerdan en su estética a fechas recientes y ya pasadas. Ellos pertenecen a la empresa contratada por Aquona para hacer esta inspección. En la espalda llevan un equipo de oxígeno. Mientras montan el trípode que sostendrá a los elegidos para bucear en el subsuelo de Ciudad Real, aprovechan para medir gases. Con ello se aseguran de que no hay riesgo para los buzos.

Buceando con drones en el subsuelo de Ciudad Real - Foto: Rueda Villaverde

En el primer pozo (19C), esas mediciones son positivas y no se puede realizar la bajada. Todo el equipo se desplaza al siguiente, ubicado a unos cien metros en la calle Calatrava dirección centro (18C), que es un ovoide y mide 1,20 metros de alto y 80 centímetros de ancho. 

El colector central es viejo, y concretamente estas partes, son las más antiguas. Están datadas de los años 50. Una vez hechas todas las mediciones y asegurado el entorno, uno de los ingenieros se pone una máscara antigás y se prepara para bajar. El operario de la grúa comprueba que la línea de vida está correcta y le da el visto bueno para empezar la «inmersión». Se hace con suma delicadeza, cantando cada cosa: «Botella atrás, dobla el codo, cuidado la espalda». Una vez abajo, comprueba que todo está transitable, aunque avisa de que «hay mucho fango». El fango, si se remueve, sube el nivel de gases.

De momento, todo transcurre con normalidad. Su compañero hace el mismo proceso. A los pocos minutos de estar los dos abajo, empieza a sonar un zumbido potente. Es el dron realizando los vuelos de reconocimiento de un pozo a otro. Con ello se consigue que desde un punto se puedan controlar varios.

Buceando con drones en el subsuelo de Ciudad Real - Foto: Rueda Villaverde

De repente uno de ellos eleva la voz y se le escucha por el walkie-talkie: «Estamos llegando a los niveles de ácido sulfhídrico, preparad el ventilador». Del camión aparece un gusano amarillo enchufado a un generador. Es un ventilador potente que sirve para limpiar el aire. Todo en orden. Enseguida salen y casi con la misma celeridad muestran a García Rodado, Torres y Hervás las imágenes obtenidas.

«Ahora ellos tratarán la información y nos darán un mapa de puntos similar a Google Maps con el que tendremos un mapeo exhaustivo», afirma García Rogado. Queda una segunda batida en dirección contraria que, de nuevo, transcurre sin incidencias. La operación acabó pasadas las cuatro de la madrugada. 

Datos

María García Rogado, gerente de Aquona, destaca la importancia de adoptar una «solución mucho más tecnológica, más digitalizada» para las inspecciones de la red de saneamiento. «Lo que buscamos es dejar atrás métodos rudimentarios y con muchísima menos precisión», comenta. Subraya que, con el uso de drones, se puede «localizar y georreferenciar cada punto a lo largo del colector», lo que permitirá detectar posibles averías o filtraciones a tiempo y «tomar decisiones con base en información muy precisa». Esos datos, añade, son muy importantes para Aquona: «Ahora podremos diagnosticar de manera más ajustada la situación real del colector».

Buceando con drones en el subsuelo de Ciudad Real - Foto: Rueda Villaverde

Por su parte, la concejal de Urbanismo, Yolanda Torres, señala que «como no se realizó por el anterior equipo de Gobierno una gestión realista de la situación, venimos a ver en qué momento estamos y qué soluciones reales podemos dar». Ambas se muestran discretas respecto al presupuesto, pero aseguran «que no es caro para el servicio ofrecido». 

"Lo importante es mantenerlo, sobre todo eso"

Torres explica el origen del proyecto de inspección con drones autónomos: «Esto se hace sobre la base del estudio que se realizó en 2019, donde ya posteriormente el anterior equipo de Gobierno emitió un informe aconsejando la contratación de una empresa para acometer las reparaciones pertinentes.» Torres detalla que la empresa Hovering Solutions fue contratada por Aquona, en total consonancia con el Ayuntamiento, para obtener «un mapeo, geolocalización y mapa de puntos en 3D, así como las imágenes 'reales' de la situación del colector central». Enfatiza que «una vez que tengamos toda la información, y veamos los puntos críticos, se irán realizando las acciones de mejora según priorización por grado de deterioro».

Buceando con drones en el subsuelo de Ciudad Real - Foto: Rueda Villaverde

Comenta que las obras de peatonalización supondrán una oportunidad de mejorar las redes de abastecimiento de agua. Asegura que «suele ser más llamativo todo lo que tiene que ver con el agua limpia, pero tener controladas las agua sucias es igual o más importante». Y se muestra rotunda: «Lo importante es mantenerlo, sobre todo eso». Cuando llegaron al Ayuntamiento, el actual equipo de Gobierno se mostró alarmado por la situación del colector central.

El que fuera concejal de Urbanismo, Óscar Ruiz, denunció que «en ocho años no se ha invertido ni un euro» y advierte de que «cualquier día, nos llevamos un susto». Ahora, todo depende de la tecnología punta de unas arañas electrónicas que actúan de forma autónoma.

Tecnología punta

Hovering Solutions, empresa encargada de esta labor, solicitó a La Tribuna que no se fotografiara ni se grabaran los drones por lo singular e importante de la tecnología utilizada. Según María García, gerente de Aquona, «sólo hay tres empresas en el mundo que utilicen esta tecnología». La empresa se destaca por su enfoque innovador en la inspección y digitalización de grandes colectores de aguas residuales y canales subterráneos. La empresa ha desarrollado pequeños robots aéreos, similares a drones, que operan sin piloto ni señales satelitales, permitiendo la navegación autónoma en túneles de difícil acceso.

Buceando con drones en el subsuelo de Ciudad Real - Foto: Rueda Villaverde

Esta tecnología patentada, perfeccionada a lo largo de más de cien operaciones, permite a los drones recorrer kilómetros con una sola carga de batería. Durante el vuelo, los dispositivos capturan imágenes panorámicas y datos del entorno para generar un modelo tridimensional georreferenciado del túnel. Este modelo se visualiza a través de una plataforma en línea propietaria, similar a Google Street View, que permite a los clientes navegar virtualmente por el túnel, hacer zoom, tomar medidas, y realizar anotaciones.

Además, Hovering Solutions ofrece informes detallados basados en estándares de clasificación de patologías en redes de saneamiento. Aunque no se especializan en el análisis automático de daños, la empresa cuenta con ingenieros expertos en identificar patologías en infraestructuras subterráneas. La empresa ha sido contactada por las Fuerzas Armadas solicitando su colaboración en proyectos.

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