Tras la adquisición de 400 hectáreas en La Atalaya, el Ayuntamiento de Ciudad Real inició la gestión para que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha declarara como monte de utilidad pública el nuevo suelo del parque forestal. Se trata de una figura clave para la gestión de este espacio verde, porque sin esa declaración, debería ser el propio Consistorio el que se ocupase de su desbroce y los trabajos que se tuvieran que realizar. Tras un largo proyecto, iniciado a finales de 2019, el pasado martes culminó, cuando el Consejo de Gobierno de la Junta de Comunidades aprobó esta solicitud.
Así lo recoge el resumen de asuntos tratados en el Consejo de Gobierno en el que se informa del Acuerdo por el que se amplía el monte de utilidad pública Nº51 La Atalaya propiedad del Ayuntamiento, indicando que se acoge la zona correspondiente a las parcelas de terrenos del Reino de Don Quijote. Esta última denominación se debe a que el Consistorio decidió la compra de unos terrenos, que habían salido a subasta judicial, tras el concurso de acreedores de los promotores del Reino, y se optó destinarlos a la creación de nuevas sendas y rutas BTT en el parque forestal.
El acuerdo del Consejo de Gobierno acuerda la suma de 460,459 hectáreas, «al reunir los requisitos» que marca la normativa regional de esta figura de gestión forestal. «Una vez declaradas de Utilidad Pública las parcelas indicadas, integradas en el monte denominado La Atalaya, se incluyan en el correspondiente Catálogo de Montes de Utilidad Pública de la provincia de Ciudad Real». De este modo, la nueva denominación del monte número 51 de utilidad pública, es la de un terreno de 584,8948 hectáreas, de los que 14,9628 son construcciones enclavadas, no de propiedad pública. Igualmente, se indica que existen servidumbres, caminos de paso de 1,4 kilómetros propiedad de sus dueños.
En diciembre de 2019 se aprobó por la Junta de Gobierno local del Ayuntamiento de Ciudad Real esta petición y, desde entonces, se realizó un trabajo que incluía el deslinde de los terrenos adquiridos, para marcar los nuevos límites del monte. En 2020 se realizaron esos trabajos con drones que permitieron dibujar un mapa de la nueva Atalaya y marcar las posibles rutas, que pasado el Covid se abrieron e inauguraron. En 2021, además se cerró este expediente, tras publicarse en el Diario oficial de Castilla-La Mancha, y estaba pendiente del acuerdo con el nombramiento. El objetivo con esta declaración es que la gestión corra a cargo de la Administración regional, que podrá poner a disposición el personal que trabaja en el ámbito forestal, ya que el personal del Ayuntamiento está especializado en la gestión de parques y jardines y no en estos trabajos.