No llueve y la tierra «está muy seca», lo que lleva a que la provincia dé por perdida la campaña de setas. Las precipitaciones caídas en septiembre con la llegada de la DANA no han sido suficientes para empapar el terreno, algo fundamental para que salgan las setas. «Hace calor y la radiación del sol y las altas temperaturas resecan la parte superficial del suelo, que es donde están los micelios. Y los micelios requieren mucha humedad para que puedan crecer las setas», explica Juan Campos, profesor de Biología en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y experto micológico.
«Llevamos ya unos años que de setas nos tenemos que olvidar», insiste Campos, quien lleva más de dos décadas organizando las Jornadas Micológicas de Saceruela y asegura que este año «están en el aire». «Es muy probable que este año no se hagan porque son demasiadas variables en contra», lamenta al tiempo que señala que para salvar la campaña y mantener la humedad en el suelo para que proliferen las setas tendría que llover al menos más de 50 litros por metro cuadrado antes de finalizar el mes y, de momento, las previsiones no traen lluvias intensas.
Los últimos tres años «han sido los peores». Fiel reflejo de ello, recuerda, es que el año pasado y el anterior «no hubo nada» en las jornadas micológicas de Saceruela. «Apenas se cogió alguna seta en los lugares en los que siempre salen, cuando en otras ocasiones la cantidad de especies ha sido tremenda llegando a alcanzar hasta las 160 especies en solo unos días», añade. Por todo ello, puede que este año las jornadas no se celebren, y de ser así sería la primera vez que se suspendan. Los motivos, argumenta, es que al «poco ambiente de setas» se suma la burocracia de la Universidad regional en las horas de docencia.
El experto micológico Juan Campos en una imagen de archivo. - Foto: Rueda VillaverdeJosé Antonio Morales es de Saceruela y aficionado al mundo de la micología. De la misma opinión que su compañero Campos, asegura que la falta de lluvia ha llevado un año más a una campaña «desastrosa». «Ya ni nos acordamos de cuándo se produjo una buena temporada», comenta para señalar después que la complejidad de las leyes medioambientales y las mafias organizadas «han contribuido a que la gente no salga al campo». De hecho, en el caso de Saceruela, «ya no hay esas campañas de níscalos en las que salía todo el mundo para recogerlos y venderlos». Y eso, lamenta, «se ha acabado».
Muchas eran las personas que se ganaban un jornal con la recogida de níscalos, pero «cuando los vecinos volvían del campo se encontraban rajadas las ruedas del coche. Era una amenaza de las mafias para que la gente no saliera al campo». Y eso, «desanimó también a muchos», comenta con decepción.
La aparición de setas en el campo depende de la lluvia. Si no cae agua, no hay setas. Y, de momento, lo caído este fin de semana no es suficiente para que los expertos micológicos sean optimistas con la campaña de este año. Una vez más, y ya son cuatro, la sequía pone en jaque la reproducción de hongos en la provincia.