José Rivero

Doble Dirección

José Rivero


Las cosas de Palacio

03/07/2024

Desde 1993 –año cumplido del centenario del Palacio Provincial– se viene reflexionando, tanto en el ya lejano 1993, como luego en 2018 y ahora en 2024, sobre el carácter central del edificio, que ya fuera denominado por mí de forma efectiva, en ese mismo año de 1993, como «la pieza de Arquitectura civil más significativa del último tercio del siglo XIX del territorio provincial». Reflexiones edilicias y urbanas las producidas en distintos trabajos, que han dado pocas proyecciones fértiles de 'puertas afuera'. Como puede comprobarse en el debate abierto –y cerrado, presurosamente– entre la exaltación conservacionista del Palacio y sus gestos positivos, y el ritmo acelerado de destrucciones urbanas producidas en proximidad, en un periodo temporal de sesenta o setenta años. O quizás, sea el efecto contraste de frío y calor.
Circunstancia ésta que formula un severo contraste de esta permanencia significativa, con la capacidad destructora de la vorágine desatada en el arco temporal de los años sesenta del siglo pasado en los que, y no como excepción, tuvo lugar una severa corrección espacial interna del repetido Palacio Provincial de manos de destacados protagonistas locales –Fisac y López Villaseñor– tenidos por modernos y revolucionarios (sic). Y todo ello –gestos modernos incluidos–, más otras consideraciones relevantes de carácter inmobiliario– aclaran la pronunciada deriva destructora en los años siguientes que afectan tanto a piezas edificadas del propio Rebollar –desde el Casino de la Unión al palacete de doña Mariana, por no citar el abandonado Banco de España–, como al propio Fisac y su decadente y caediza Casa de la Cultura.
Desde esta perspectiva de exaltación conservacionista que concentra el Palacio Provincial como brillante gema mineral, no se entienden actuaciones y declaraciones de carácter contrario, y que comportan el perverso abandono patrimonial de tantas otras piezas en la realidad provincial como las señaladas en la reciente Lista Roja de Hispania Nostra, que viajan desde Malagón a Almadén. O como las que produce el presidente de la Corporación Provincial –sobre el destino del edificio de Sanidad, sometido a la confusión como antesala de la demolición sentenciada–, o las que fija el Plan Modernizador Ciudad Real 2025, –promoción de administraciones plurales en 2018– con un horizonte de abandono y ruina de diferentes edificios desafectados de uso. Y es que las valencias modernas –en los años sesenta y en 2018– llevan un cuchillo dentro y una sentencia fijada de demolición de diferentes edificios. Por eso la extrañeza del carácter de isla solitaria del Palacio Provincial navegando en el proceloso mar de las aberraciones edificatorias.