Ya sabemos lo complicado que es el mundo taurino de puertas adentro; lo digo por las continuas vicisitudes por las que ha pasado nuestra plaza de toros capitalina –no sólo recientemente– sino desde los tiempos posteriores a la empresa Canorea. Todo se resolvía con la comisión taurina que se nombraba al efecto y que tenía siempre las puertas abiertas. Esa comisión pasó a mejor vida. Vale. Luego, vinieron tiempos difíciles y el remate de la pandemia.
Cuando se terminaron las obras del coso taurino fue el renacer de nuevo y la oportunidad de dar brillo a la 'lámpara'. Tras la euforia de la reinauguración, el Consistorio consideró que serían numerosas las empresas interesadas en quedarse con la gestión de la feria, pese a que no se contaría con dotación económica. Pues bien, ahí tenemos la prueba: dos empresas, de lo que podríamos llamar de la zona media. Cerca de ocho meses para un 'parto' como el de los montes. Las empresas de campanillas han hecho 'mutis' y si te he visto, no me acuerdo. ¿Verdad Tauroemoción? Ninguna ha pujado por Ciudad Real. Prueba palpable de que no se han hecho las cosas bien desde el principio.
Ya, en vísperas de la reinauguración, aludíamos a las 'luces' heredadas y alguna que otra 'sombra', que no terminaba de disiparse como era la confección del citado pliego. Asociaciones de aficionados y gente del toro consideraron una auténtica aberración dotar de una subvención de 35.000 euros a la empresa organizadora de la citada corrida, en tanto en cuanto esa corrida y con ese cartel, lo fácil es que se llenara, tras el 'apagón' de cinco años. Lo difícil vendría después, en la futura Feria de agosto, no antes.
Tarde, mal y sin alforjas. Eso sí, el Ayuntamiento sacó adelante una moción a favor de que la capital sea 'destino turístico taurino', aprovechando el tema del ministro de Cultura. ¿Qué recorrido tiene eso? De acuerdo en que somos una capital de provincia muy taurina… Y ¿qué? Precisamente por ello, deberían haber pensado (lo hicieron cuando eran oposición) en la dotación económica. Sinceramente, da la impresión de que este tema le ha venido grande a muchos. Hemos pasado de un pecado venial, –¿se acuerdan de la que se lió con el tema de la placa de la anterior alcaldesa?– culpable, por cierto, de llevar a cabo, junto a su equipo municipal, uno de los proyectos de más envergadura de la pasada legislatura; al pecado 'mortal' de no dar explicaciones y de hacer una política errática, excesivamente personalista y sin ningún fundamento.
La rumorología se ha desatado y ya veremos las posibles impugnaciones. ¿Peligra la Feria de agosto? ¿Habrá dimisiones? Inaudito.