Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Weekend en Toledo

15/01/2024

El gobierno y los dirigentes del PSOE coincidieron en elegir Toledo para hacer una reflexión en profundidad sobre cómo encarar el primer semestre del nuevo año. Se ha iniciado con una polémica sesión parlamentaria con tintes dramáticos en la que se visualizó que a Sánchez le va a costar finalizar la legislatura.

Podemos va a hacer valer sus 5 votos cada vez que Sánchez se encuentre en situación agónica, Sumar no tiene la entidad que cree su fundadora y líder Yolanda Díaz, Puigdemont aprieta mucho más de lo que calculaba el PSOE y, lo peor, que Sánchez cede y empieza a perder lastre la rosa y el puño. Todo ello con el choque entre ERC y Junts que afecta seriamente al independentismo, y el recelo del PNV hacia un sanchismo que potencia y blanquea a Bildu y le ha ofrecido en bandeja nada menos que la alcaldía de Pamplona.

Una nueva cita del semestre, la de las elecciones gallegas, se ve ya como un plebiscito sobre Pedro Sánchez, lo mismo que ocurre con las vascas aún sin fecha, y sobre todo las europeas del 6 de junio.

Sánchez necesitaba la reunión en Quintos de Mora para insuflar ánimos a un gobierno bajo de tono a pesar de los esfuerzos de María Jesús Montero y Félix Bolaños por demostrar un triunfalismo que no se percibe más allá del círculo íntimo del presidente, situación preocupante para cualquier partido en tiempos preelectorales. Tanto, que Sánchez ha recurrido al medio siempre fiel, El País, con una entrevista en la que presenta una versión tan positiva del escenario político y de las cesiones del pasado miércoles a Puigdemont, que solo se entiende si se acepta que el presidente de Gobierno considera que el nivel de inteligencia de los españoles es muy escaso tirando a nulo; no se enteran, no son capaces de interpretar el patriotismo con el que Pedro Sánchez está consiguiendo que loa sucesores de ETA y los independentistas estén abrazando la Constitución y las reglas de la democracia.

El PP, en su weekend toledano, se centró más en las medidas necesarias para neutralizar la estrategia socialista de presentarlos como ultraderecha y ser culpables de la llegada de los pellets a Galicia. Abrieron también un debate interno sobre cómo actuar en el futuro inmediato, en el que prevaleció el insistir en una oposición dura a Pedro Sánchez, implacable, así como mantener el distanciamiento respecto a Vox, vía que ya estaban aplicando en los últimos meses no solo porque ideológicamente el distanciamiento es real sino porque están obligados a hacerlo si quieren gobernar. Con difícil equilibrio, porque necesitan recuperar los votos del PP que se pasaron a Vox pero, al mismo tiempo, sin que el daño a Vox sea tan grave que sea imposible que entre los dos partidos sumen lo suficiente para alcanzar La Moncloa.

Comienza un año político de lucha política a muerte, un año en el que se advierte una tendencia a recuperar el bipartidismo.

Sánchez está abrasado, pero su fuerza está en su inmensa capacidad de supervivencia.