Tensión, insultos y amenazas de Aguirre el día antes de la revocación

M. Chaves
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El presidente electo de la Asociación de Cofradías se mostró fuera de sí en una reunión previa al pleno en el que se comunicó que no se le ratificaría en el cargo • Sus compañeros le pidieron calma ante la gravedad de sus palabras

Emilio Martín Aguirre (2i) se dirige a Esparza (1d) minutos antes del pleno. - Foto: Tomás Fdez. de Moya

El presidente electo de la Asociación de Cofradías de la Semana Santa de Ciudad Real, Emilio Martín Aguirre, perdió los nervios y llegó a proferir insultos y amenazas contra el Obispado y miembros de la candidatura presidida por Francisco Pérez Corrales durante una reunión con miembros de la comisión permanente celebrada el pasado lunes en la Casa de la Iglesia. En dicho encuentro, y según ha podido conocer este diario, se estaba preparando el pleno en el que, pocas horas después, el vicario general de la Diócesis, Miguel Esparza, dio a conocer la decisión de no ratificar a Martín Aguirre como presidente pese a haberse impuesto holgadamente en las elecciones del pasado 6 de junio.

 Emilio Martín Aguirre perdió los nervios durante esta reunión con su equipo e incluso llegó a desear la muerte (hasta en tres ocasiones lo reiteró) a familiares de un integrante de la candidatura que se retiró de los comicios tras el polémico whatsapp «amenazante» remitido presuntamente por éste.

Martín Aguirre se encontraba visiblemente alterado y el clima de tensión fue tal que incluso miembros de la comisión y de su lista llegaron a calmarle indicándole que, pese a comprender la situación por la que estaba pasando, no estaba bien que dijera ciertas cosas y le advirtieron de la inconveniencia de que alguien le escuchase en esos terminos, dada la gravedad de los mismos. Todo este capítulo de nervios se produjo a escasas horas del citado pleno extraordinario en el que se dio a conocer la resolución del obispo, Antonio Algora, por lo que la posibilidad de la no ratificación enrareció el ambiente hasta tal extremo que hubo que serenar al presidente electo en numerosas ocasiones.

Asimismo, y ante la posibilidad de que no se diera validez al día siguiente al resultado de las elecciones, Martín Aguirre no titubeó al afirmar que, de ser así, cargaría contra la autoridad eclesiástica en la persona del vicario general, Miguel Esparza, llegando a jactarse de que le diría hijo de ... a la cara y en presencia de todos los demás durante el pleno. Visiblemente alterado, también dijo que si aparecía por el pleno el opositor al que supuestamente atribuyen el desencadenamiento de la polémica no dudaría en darle una paliza. Tanto es así, que advirtió de que la gravedad de lo que podría suceder en el pleno sería tal que tendría que aparecer la Guardia Civil. «Como venga aquí (por un miembro de la otra lista) y no me ratifiquen le tienen que llevar a urgencias», afirmó, porque de una paliza «le abro la puta cabeza».

La Tribuna también ha podido saber que este capítulo está en conocimiento del Obispado, adonde se ha hecho llegar un documento completo de todo lo dicho en este encuentro de en torno a dos horas de duración que celebraron Martín Aguirre y parte de su equipo en la Casa de la Iglesia el lunes.

El Obispado reconoció el martes que el proceso electoral no respondió al «clima evangélico» que requieren unas elecciones de una asociación de la Iglesia y destacó que éste estuvo rodeado de «rivalidades, descalificaciones y amenazas».