La Guardia Civil ha abierto una investigación para esclarecer lo ocurrido en el accidente de tráfico que se produjo en la noche del 11 de agosto, domingo, en un camino rural de Daimiel y en el que falleció una mujer de 31 años tras ser trasladada por sus familiares al Centro de Especialidades, Diagnóstico y Tratamiento (CEDT). Fuentes de la Benemérita reconocen a La Tribuna que hay cosas que "no concuerdan" como, por ejemplo la hora y el lugar, por lo que se está tomando declaración a varias personas con el fin de aclarar lo sucedido de un siniestro en el que se investiga además si la mujer fallecida iba sola o acompañada.
Al parecer, tras el accidente han sido muchas las "informaciones incorrectas" que están circulando en las redes sociales en torno a la actuación del equipo médico del PAC (Punto de Atención Continuada) acusando que se tardaron 15 minutos en atender al paciente. La Gerencia de Atención Integrada de Ciudad Real, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), ha salido al paso asegurando que los profesionales sanitarios "atendieron con total profesionalidad a la paciente en el momento en el que llegó al centro trasladada por un familiar". Fuentes del Sescam reconocen a este medio que a las horas en las que la paciente llegó al centro sanitario, sobre las 5.30 horas de la noche, "la puerta, una cristalera, estaba cerrada pero con un vigilante y un celador encargado de abrir y siempre con personal sanitario dentro. Se llamó y se abrió", afirman las mismas fuentes. El Colegio de Médicos y el de Enfermería de Ciudad Real, además del Sindicato de Enfermería Satse también han respaldado la labor de los profesionales sanitarios que actuaron ese día en la atención de urgencia y recuerdan que "la misma se condujo por los protocolos de práctica profesional existentes".
Ante los "ataques y actos incívicos", profesionales sanitarios se han concentrado tres días consecutivos como protesta ante las puertas de Urgencias, donde "lo mínimo que hacen es insultarnos" como así aseguran a La Tribuna algunos de ellos, quienes señalan además que "hay compañeros que no quieren ir a trabajar y otros a los que su familia les está llevando y recogiendo de las guardias por miedo"