Los últimos movimientos puestos a disposición de las gentes para su contemplación, asimilación y acatamiento, demuestran que las ideas sobre la calidad de los encargados de la gobernanza de esas gentes, los políticos de casi todas las razas, que la capacidad de gestión no está a la altura necesaria hoy. Cuando unos y otros, me refiero a los pueblos, independientemente de su riqueza, poder militar o de cualquier otro tipo, estoy pensando, a nivel mundial, aunque luego, la afectación de unos u otros dependa, básicamente, de factores múltiples. Así, la Humanidad está siendo conducida hacia distintos escenarios conducentes a -no lo digo yo, lo dice nada menos que el flamante y peligroso presidente de los EE. UU.-, la tercera Guerra Mundial; mientras que aquí, en nuestra patria, en la vieja España, en la tierra sacrosanta de aquellos millones de españoles, que, por buscar algo mejor, se dejaron la vida en las trincheras hermanas de los campos y ciudades españolas. Así, con Trump traicionando las tumbas de millones de norteamericanos caídos en los frentes de la II Guerra Mundial, de Corea, de Vietnam, de Irak, etc., etc., y, de otro lado y por afectarnos de manera proporcionalmente con la misma intensidad, con nuestro Gobierno de hoy con Pedro Sánchez deshaciendo España, con el único propósito de mantenerse en el poder, gracias al vital manojo de votos de los independentistas catalanes de Juntos por Cataluña, herederos de la burguesía catalana del siglo pasado, aquella que puso a sus órdenes y deseos al pistolerismo asesino de gentes como el noi del sucre.
Queda claro que la dramática situación de Ucrania, tras haber cortado Trump todo, ¡todo!, tipo de ayuda poniendo en peligro no sólo a los países más cercanos sino al resto de Europa. Por eso, porque la partida se juega a cuatro barajas, EE.UU., Rusia, Unión Europea y China, mientras que a la propia Ucrania le han dejado el papel de recoger las mesas y las barajas usadas.
Y nuestros políticos, ¿qué? Pues nuestros políticos ¡na!, Sánchez ha entregado una porción más del pastel España y se ha quedado tan fresco, o eso aparenta. Sánchez, lo ha demostrado de sobra, es capaz de serlo por la tragaderas que tiene y utiliza cuando le viene en gana y necesidad. Pero lo de menos, al menos para mí, que no pienso volver a Cataluña, no es que Sánchez se baje el slip, sino que, no sé si enloquecidos o avergonzados pese a su felicidad, se lo bajen casi todos y casi todas, por no decir todos y todas, que es lo que en verdad estaría pasando. Lo que quieren el PSOE y el mamporrero de ida y vuelta, Puigdemont y sus fascistas de JpC, es guarrear en estos años, ir consiguiendo traspasos, concesiones y prebendillas y, mientras, no soltar el sueldo, ni todo lo de más que cuelgue. Pero ¿y los demás afiliados al negocio de desgajar la naranja España? Estos ni un muuuuu humano; de los otros no parecen hacerle un asco a nada. ¡Dios nos proteja de líderes como los citados líneas arriba!