El primer juicio celebrado en Ciudad Real por presunta discriminación por razones de raza se ha resuelto con la absolución de los encausados, el dueño y los porteros de una discoteca y lugares de ocio de Puertollano.
19 días después del juicio, la titular del Juzgado Penal número 1 de Ciudad Real ha dictado sentencia absolutoria, según ha podido saber La Tribuna.
En la sentencia, a la que ha tenido acceso La Tribuna, la juez alude a las contradicciones de los tres denunciantes y a las pruebas, concretamente a las fotografías tomadas en la discoteca la noche de autos, en septiembre de 2016.
Los denunciantes dijeron que no les dejaron entrar a la discoteca porque eran gitanos, porque así se lo había ordenado el dueño a los porteros, los dos de origen rumano. Después lograron entrar con unas amigas en un descuido de los vigilantes de seguridad, que cuando se percataron de su presencia los echaron , según la versión de los acusados. Los porteros lo negaron y las imágenes avalan su declaración.
En las fotos se ve a los denunciantes en "actitud de relax, disfrute, portando copas. Por tanto, contrariamente a una actitud temerosa", con miedo a ser descubiertos y echados de la discoteca.
Además, según recoge la sentencia, a la que tenido acceso La Tribuna, también han quedado contradichas por las fotografías las manifestaciones de uno de los denunciantes, ya que reconoce en las imágenes a dos primos suyos, mientras que uno de ellos declaró lo contrario, dijo que no los conocía, que eran payos .
Para la abogada Alicia Correal, que ha defendido a dos de los tres encausados, a la vista de las pruebas no cabía una sentencia condenatoria, sino absolutoria.
La Fiscalía pedía para los acusados cuatro años de inhabilitación por un presunto delito contra los derechos fundamentales.
Los abogados de la Fundación Secretariado Gitano, que ejercen la acusación particular, solicitaban cuatro años de inhabilitación para el dueño de la discoteca, tres para uno de los porteros y dos para el otro, aparte de 12.000 euros de indemnización.
La juez estima que los denunciantes han incurrido en contradicciones, mientras que los procesados han mantenido siempre la misma versión, sin fisuras.
Según la letrada Alicia Correal, es una sentencia " razonada y bien fundamentada".
(Habrá ampliación)