Los miembros del grupo operativo ‘Tuberculosis’ (Gostu), liderado por Aproca y al que pertenece el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) además de representantes del ámbito ganadero y gestores de caza, entre otros muchos, han presentado ante el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente su programa de trabajo de innovación y transferencia para controlar la tuberculosis bovina. El objetivo, comenta el presidente de Aproca, Luis Fernando Villanueva, es aplicar medidas de gestión que contribuyan al control de una enfermedad tan «relevante» como ésta y donde existen territorios como Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía donde la tuberculosis se ha convertido en uno de los mayores enemigos de la ganadería extensiva con «importantes focos».
El programa, a desarrollar durante tres años, busca la financiación del Programa Nacional de Desarrollo Rural, sufragado por el Ministerio de Agricultura y por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rual (Feader). De ser finalmente seleccionado, la subvención podría alcanzar los 150.000 euros. Partida con la que el grupo operativo, ya «consolidado» y que «no cuenta con financiación privada para este tipo de actuaciones», pondría en marcha las fórmulas y actuaciones que ha recogido en su proyecto tanto para mejorar el estado sanitario de la cabaña ganadera como de la fauna silvestre del país, contribuyendo así a incrementar los rendimientos económicos de las explotaciones afectadas. Entre esas propuestas, se encuentra la de crear una red de especialistas a nivel nacional que asesore a ganaderos y gestores cinegéticos para optimizar la salud de los animales silvestres y domésticos, mediante el desarrollo de planes específicos de gestión para cada territorio. Esta red de especialistas contaría con representantes de Organismos Públicos de Investigación (OPIs).
Reuniones informativas con ganaderos y autoridades veterinarias, el desarrollo de auditorías de bioseguridad, a partir de cuyos resultados se realizará un análisis de riesgos y un programa de acciones específicas de mitigación de riesgos para cada explotación ganadera, ya que se propondrá la elección de al menos dos explotaciones piloto en cada una de las comunidades autónomas de mayor prevalencia (Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía). Asimismo, se establecerán protocolos para la certificación y acreditación sanitaria de las explotaciones ganaderas extensivas y se buscará la implicación de cazadores y administraciones en el control de sobreabundancia de angulados silvestres. Además de promover las buenas prácticas cinegéticas y de gestión de espacios naturales, «tendentes a reducir los riegos sanitarios» como así se recoge en el proyecto, que apuesta por «desarrollar y aplicar planes de extracción que permitan lograr densidades de ciervos y jabalí estables y en equilibrio con los recursos disponibles».