Elecciones, exenciones y erecciones

Miguel Romero
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«Al final del recuento de los votos, todos los partidos y los candidatos han ganado, esa es la reflexión final que se vende al ciudadano. Nadie ha perdido»

Empecemos por articular, qué término de los tres debería ser el primero en este análisis paradójico que afronto esta vez.
Y lo he hecho porque se acercan las elecciones municipales y regionales en España y ello, aparte de generar una disfunción intestinal en muchos de los activos, sean protagonistas directos o indirectos, provoca incertidumbre, tensión, discusiones, enfrentamientos familiares y abundancia de cartelería en paredes, farolas y buzones.
Y resulta que los partidos políticos saben lo quieren, mientras que sus cabezas de lista, a veces dudan de cómo plantearlo para obtener los exitosos resultados. Por cierto, al final del recuento de los votos, todos los partidos y los candidatos han ganado, esa es la reflexión final que se vende al ciudadano. Nadie ha perdido.
En cuanto a las exenciones, segundo de los términos a tratar, diríamos que nunca está de más reflexionar sobre el sistema tributario. La problemática tributaria no descansa y, en todo momento y lugar, se debate sobre impuestos y cómo estos afectan a cada uno de los sectores, colectivos, empresas, que conforman el entramado económico. En la idea de reflexionar al respecto de aquellas cuestiones que se pueden pulir o mejorar para que nuestro sistema tributario sea lo más estable posible, equitativo y justo, y recaude lo necesario para atender las crecientes necesidades de los distintos estamentos que conforman nuestra administración. Nada es fácil, y menos contentar las distintas sensibilidades tributarias que se reivindican aquí y allá, que presionan por activa o por pasiva y que no dejan de demostrar su poderío.
Y he dejado para el final, el tercero de los términos del titular: las erecciones. Y lo he dejado porque es un tema casi tabú que está más en la mente del ser humano que en sus genitales y, sin duda, son una respuesta a la estimulación sexual.
Pero también coincide que con elecciones políticas y con exenciones tributarias, suele haber más deseo sexual del habitual, posiblemente se estimulan más nuestros órganos. Ahora bien, a los candidatos no les suele pasar lo mismo porque están presionados por las encuestas y los mítines, pero los electores –según quiénes y de qué partido sea, sí del posible ganador o del posible perdedor- la función o disfunción eréctil varía. Por eso, amigos: con elecciones a votar que es un derecho; con exenciones, a disfrutar con alguna juerga o viaje, que es un deber; y con erecciones a sentir felicidad y gozo, porque nos funciona el sistema nervioso parasimpático y eso, aparte de ser un deber y un derecho, ¡es la leche!
 

ARCHIVADO EN: Elecciones municipales, España
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