El sector del taxi de la capital reconoce que no da abasto para la prestación de servicios adaptados y que por esta razón los clientes en algunos casos tienen que esperar bastantes minutos, entre 30 minutos y una hora, para que les atiendan. El motivo se encuentra, según explica el presidente local de la asociación, Sergio Maldonado, en que «viendo las obligaciones, las horas y las guardias» que suponen los taxis adaptados, «nadie los quiere», del mismo modo que lamenta que «las ayudas no motivan para nada», ya que el coste que tienen que afrontar es mayor al que se concede.
Esto ha sucedido, por ejemplo, en la convocatoria de ayudas para la adaptación de taxis impulsada por el Patronato Municipal de Personas con Discapacidad de 2022, que quedó desierta, tal y como reconoció la portavoz del equipo de Gobierno, Mariana Boadella. En este caso, la convocatoria contaba con un presupuesto de 12.000 euros para dos subvenciones con un importe máximo de 6.000 euros.
«Lo suyo es que hubiera una ayuda a la contratación para ver si se animaban», reivindicó Maldonado, quien reclamó «que haya un mínimo de 8 taxis adaptados» en la capital, bien con la concesión de licencias adaptadas o bien porque se obligue a que los nuevos lo sean, ya que explicó que actualmente hay cinco taxis adaptados y a finales de año uno abandonará esta prestación adaptada.
«Yo no puedo estar 24 horas conduciendo», dijo para explicar la situación que se vive ahora y que en ocasiones, cuando coinciden los desplazamientos de transporte escolar o los ciudadanos que piden un taxi adaptado, deriva en retrasos. «Queremos que haya más vehículos para que nos ayuden y para dar un buen servicio», agregó el presidente de la Asociación Local del Taxi.
De los cinco vehículos adaptados con los que cuenta actualmente la ciudad, «solo tres son obligatorios», mientras que las otros dos licencias son optativas y de ahí que uno de los compañeros haya avanzado que a final de año dejará de prestar un servicio adaptado, lo que Maldonado considera que «será la gota que colme el vaso».
Por esta razón, señaló la importancia de que «el Ayuntamiento tome constancia de todo esto» y tome cartas en el asunto, ya que el taxi es un servicio público que se encuentra regulado por la Administración.
Los retrasos también los han venido denunciando clientes que, en muchos casos a través de las redes sociales, critican los tiempos de demora y piden soluciones en la prestación de servicios. Sin embargo, Maldonado insiste que se trata de un servicio «que nadie quiere» con la consiguiente saturación de los que atienden estos avisos. Por eso piden ayudas o medidas que lo hagan «más atractivo» y detalla que pedirá esta semana una reunión con el Ayuntamiento para abordar la situación «cuanto antes».